Si hay un sustantivo que puede definir el año 2012 en Jaén ese es ‘paro’. Las elecciones municipales, generales y autonómicas y los cambios producidos en las bancadas de los hemiciclos representativos de cada administración no han conseguido parar la sangría que la destrucción de empleo está provocando en la sociedad española, pero con mucha más virulencia en la jienense. El último dato oficial de noviembre dejaba una cifra de 13.364 parados en la ciudad y de 70.572 en la provincia. Sólo en la capital, hasta el penúltimo mes del año se habían quedado sin empleo 1.964 vecinos, mientras la provincia alcanzaba según la última Encuesta de Población Activa el 39’6 por ciento de tasa de paro, una cifra propia de países del llamado tercer mundo.
Y lo peor de todo es que las cifras del mes de diciembre no serán mucho mejores, ya que la campaña de este año será un 72 por ciento menor a la anterior, que ya deja un panorama desolador en los tajos.
En lo político, el año 2012 devolvió a Jaén a la vieja disputa entre PP y PSOE, o lo que es lo mismo, Ayuntamiento de Jaén y Gobierno central contra Junta de Andalucía, y a discursos trasnochados ya desterrados sobre si Jaén o Linares. Fue también el año del cambio en las filas socialistas de la capital tras la debacle de las municipales con la llegada de Manuel Fernández Palomino a la secretaría general del PSOE local y el abandono del ruedo político de dos históricos socialistas, Carmen Peñalver y Manuel López. El PSOE provincial de Francisco Reyes tuvo sus más y sus menos con la dirección regional de Griñán, pero la sangre, que sí llegó al río, ha terminado llevándosela la corriente. En el PP de Jaén se perpetuó su presidente, José Enrique Fernández de Moya e IU, sacó el pecho que debería esconder en Jaén con los resultados electorales andaluces. Los otros grandes protagonistas fueron los recortes y el dinero, más bien la falta de él; las infraestructuras paralizadas como la Ciudad Sanitaria, la Ciudad de la Justicia o el Museo de Arte Ibero; un Ayuntamiento en banca rota que no sabe cómo resolver la patata caliente del personal al que no puede pagar y al que se le acaba la excusa de la herencia recibida. Y la calle. Las continuas protestas, las masivas manifestaciones de las dos huelgas generales, el malestar, la pobreza y un atisbo de esperanza: la solidaridad de los jienenses canalizada por Cáritas principalmente.
