No piensan relajarse. A finales del pasado mes de julio los vecinos de Pescadería arrancaron el visto bueno unánime del pleno municipal a su propuesta para la parcela dotacional del barrio. Fue una magnífica noticia para el colectivo que, sin embargo, tiene muy claro que su lucha terminará cuando sus ideas para el barrio sean una realidad y, por ello, no da la batalla por terminada.
Así lo ha explicado a Viva Huelva la presidenta de la Asociación de Vecinos de Pescadería, María Luisa Domínguez, que indica que antes de las próximas fiestas navideñas tienen previsto reunirse en asamblea y, para entonces, deben haber visto pasos que demuestren que los proyectos prometidos por las instituciones están en marcha.
“No descartamos movilizaciones si todo sigue igual porque sabemos que, por desgracia, hay que hacerlas para conseguir las cosas”, admite Domínguez.
De momento, los vecinos lamentan que el alcalde de Huelva, Gabriel Cruz, aún no haya tenido un momento para recibirles. Lo mismo les pasa con la delegada de Educación de la Junta de Andalucía, Estela Villalba, a quien tienen pedida una cita desde el pasado mes de abril.
Los vecinos han recibido con satisfacción el anuncio que Educación realizó a principios de septiembre, garantizando que la licitación del proyecto de construcción del más que prometido colegio de Pescadería se haría en dos o tres semanas.
“Queremos ver que se publica la licitación”, advierte Domínguez. Solo entonces los vecinos sabrán que la Junta va en serio.
Otra de sus principales demandas, una sede para la asociación vecinal, sigue sin avanzar. En este sentido, Domínguez señala que los residentes han visto con asombro cómo el local del edificio de protección oficial de Villa de Madrid que se barajaba como posible ubicación ha sido ocupado por una empresa de alquiler de trasteros.
Este mismo martes vivieron una situación un tanto surrealista, ya que les preguntaron desde el Ayuntamiento su sede para enviarles la notificación del acuerdo aprobado en pleno. “Eso nos gustaría saber a nosotros”, bromea Domínguez.
Cuando no bromea la presidenta del colectivo es al referirse a los perjuicios que los vecinos de Pescadería están tenido, precisamente, por no contar con sede vecinal. “La semana pasada nos convocaron desde el Ayuntamiento para hablar de los programas de actividades culturales y deportivas, algo con lo que nosotros no podemos contar”, lamenta.
Por ello, la Asociación de Vecinos sigue sumando adhesiones entre los residentes del barrio gracias, indica Domínguez, a herramientas como su página web y el “puerta a puerta”.
