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Huelva

La vocación docente de Zenobia vuelve a La Rábida después de más de un siglo

A través de la sede Santa María de la Rábida de la Universidad Internacional de Andalucía (UNIA), esta institución le ha dedicado el que ha denominado \"Espacio Docente Zenobia Camprubí\"

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La vocación docente que Zenobia Camprubí, mujer de Juan Ramón Jiménez, demostró con apenas 19 años, improvisando una escuela para dar clases a niños que en 1909 residían en el entorno de La Rábida, vuelve a este lugar más de medio siglo después.

Con el objetivo de rendir un homenaje a esta mujer y a la relación que tuvo con este enclave, que hoy día sigue ligado a la cultura y a la educación, a través de la sede Santa María de la Rábida de la Universidad Internacional de Andalucía (UNIA), esta institución le ha dedicado el que ha denominado "Espacio Docente Zenobia Camprubí".

Se trata de un edificio moderno, diseñado por el arquitecto onubense José Pablo Vázquez, que engloba el aulario y la biblioteca de la sede rabideña, con una superficie de más de 1.000 metros cuadrados al servicio de la investigación, el conocimiento y el saber que tantas inquietudes despertó en la que fue musa del Nobel moguereño.

Es refugio para unos 42.000 documentos en soporte físico, entre libros, revistas, CD y DVD, que se complementan con una amplia colección de recursos electrónicos (revistas, ebooks y bases de datos).

La llegada de Zenobia a La Rábida se produjo en 1909, y llegó con con su madre procedente de Nueva York, acompañando a su padre, Raimundo Camprubí, que había sido destinado como ingeniero en el puerto de Huelva, y sin que aún conociera al que el destino quiso que fuera su marido.

Se instalaron en "la casita", una pequeña vivienda de una planta que Obras Públicas puso a disposición de la familia durante su estancia en la provincia onubense que se encuentra a escasos metros de las instalaciones de la UNIA.

En este espacio, enclavado en los denominados Lugares Colombinos, la catalana, natural de Malgrat de Mar, escribió artículos que envió a diversas revistas norteamericanas y, sobre todo, se aficionó a la poesía popular española.

Definida por los expertos como mujer adelantada a su tiempo y buen exponente de la mujer moderna española, Zenobia no satisfizo sus inquietudes culturales con esas tareas, y se convirtió en maestra improvisada de los niños que vivían en la aldea que se extendía en aquella zona a principios del siglo, montando una escuela en la que les trasladaba sus conocimientos y su pasión por la cultura.

Apenas algo más de un año estuvo en La Rábida Zenobia Camprubí, en 1910, se fue a vivir a Madrid; pero regresaría tres años más tarde, en el verano de 1913, coincidiendo con una serie de conferencias para extranjeros que son organizadas por Ramón Menéndez Pidal, es entonces cuando conoce a Juan Ramón Jiménez y son presentados formalmente.

Es precisamente esa labor como docente, ese adelantarse a su tiempo interesándose por el mundo de la cultura, en el que la mujer poco decía en aquella época, y su dedicación a Juan Ramón Jiménez, lo que le quiere reconocer la UNIA dándole su nombre a ese espacio cultural que cada año visitan miles de alumnos y profesores de distintas universidades de todo el mundo.

Ello en un centro universitario dedicado especialmente, en su docencia e investigación, a Iberoamérica, una de las tres culturas que marcarían la vida de la catalana, junto con la española y la anglosajona y en un año especial para el Nobel y para todo lo que su obra significa para la literatura española y universal, ya que se cumple el centenario de la primera publicación de "Platero y yo".

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