La consejera de Fomento, Articulación del Territorio y Vivienda, Rocío Díaz, ha comprobado este viernes sobre el terreno el desarrollo de las obras del nuevo acceso a la Alpujarra granadina (A-348), con un nuevo trazado que eliminará una veintena de curvas y acortará la distancia, además de incorporar un carril para vehículos lentos.
Las obras dieron comienzo el pasado marzo con una primera fase desde el puente de Tablate hasta la envasadora de Lanjarón y la consejera ha visitado junto al alcalde de Lanjarón, Eric Escobedo, los trabajos en la nueva carretera por el Cerro de los Cañones, que contará con un trazado más seguro y dotando de una mayor ancho a la calzada.
Los trabajos ahora encaran una fase de mayor visibilidad tras completarse las campañas geológicas y geotécnicas. El proyecto del nuevo acceso a La Alpujarra recoge una mejora de la seguridad vial por la eliminación de una veintena de curvas, mayor ancho de vía y la reducción del trazado en 1,3 kilómetros.
Así, está dividido en dos fases: esta primera que parte desde el puente de Tablate y la planta embotelladora Aguas de Lanjarón, y una segunda fase que llegará hasta el mismo municipio de Lanjarón.
El nuevo acceso a la Alpujarra, con un coste de diez millones de euros cofinanciados por el Fondo Europeo Agrario de Desarrollo Rural (Feader), pretende revertir la situación de una vía por la que circulan más de 3.600 vehículos al día, de los que el 9% corresponde a tráfico pesado.
La carretera actual, con un ancho de sólo cinco metros y sin apenas arcenes, se sustituirá por una más amplia de dos carriles de 3,5 metros, arcenes de un metro y bermas de 60 centímetros. El trazado antiguo se conservará para uso paisajístico y ciclista. El tramo en cuestión comienza poco después de atravesar el puente de Tablate, en las proximidades de la ermita de la Virgen de las Angustias, y finaliza en la planta embotelladora de Aguas de Lanjarón, en una zona con topografía abrupta al estar a la falda de Sierra Nevada.
De inicio, el trazado se separará ligeramente de la vía actual para realizar el cruce con la carretera Bailen-Motril, para la que se ha proyectado una semiglorieta que facilite los giros.
Tras esta intersección, se aprovecha el trazado existente hasta llegar a un segundo cruce, de nueva actuación, para acceder la carretera actual, que quedará como ruta paisajística para uso como vía ciclopeatonal y para permitir el acceso a las fincas y servicios colindantes.
Desde aquí, el trazado de la nueva carretera se separa de su traza original mediante una curva a izquierdas. Este nuevo recorrido incluirá, además, un carril para vehículos lentos, dado que la vía tendrá en este punto una pendiente máxima del 8,3 por ciento. Posteriormente, el proyecto incluye un falso túnel de 70 metros y un viaducto de cinco vanos y 166 metros de longitud para salvar la vaguada existente.
Una vez pasado el viaducto, se describen suaves curvas a izquierda y derecha para incorporarse en una tercera intersección a la carretera actual, que llegará hasta la zona industrial, donde está prevista una glorieta de 46 metros de diámetro exterior que facilite el acceso a la planta embotelladora de Aguas de Lanjarón y al polígono industrial El Tejar.