El presunto narcotraficante gallego que lideraba una red de distribución de cocaína de gran pureza en A Coruña dedicaba el dinero del trapicheo a la compra de pisos, llegó a tener doce que conseguía mediante la especulación, e incluso empezó a diseñar su proyecto inmobiliario estrella en un edificio en el barrio Monte Alto, frente a la Torre de Hércules.
La investigación continúa abierta, tras la detención de nueve personas entre febrero y marzo pasados, para determinar "que efectivamente esas viviendas proceden del blanqueo de capitales por tráfico de drogas", informan a Efe fuentes del Grupo de Estupefacientes de la Brigada de Policía Judicial de A Coruña.
Dirigida por el Juzgado de Instrucción número 7 de A Coruña, el operativo contó además con la colaboración de Vigilancia Aduanera de la Agencia Tributaria y la participación de unos 25 agentes.
El éxito de esta investigación ha sido no solo desarticular la red de distribución de cocaína, que era de gran pureza, sino además descubrir cómo invertía el dinero el cabecilla de la trama una vez obtenido a partir del menudeo.
Este hombre, principal responsable de la distribución de la droga, la introducía en A Coruña desde las Rías Baixas y, una vez cortada, con una pureza del 83 %, en un piso zulo o caleta que tenía y preparada en unidades de 100 gramos, era distribuida por diferentes zonas de la ciudad por su pareja sentimental.
Un bar de la zona de Os Mallos fue el origen del rastreo porque generaba mucha venta de cocaína al menudeo. Los agentes descubrieron que el proveedor de este bar era hermano del que lo gestionaba.
"Él no acudía nunca a los bares, sin embargo sí iba al local de su hermano, que también distribuía cocaína en menor cantidad", detallan las fuentes.
Los agentes lograron rastrear los movimientos de estas tres personas que, a su vez, les llevaron a otras seis, por lo que finalmente fueron detenidos cinco hombres y cuatro mujeres de entre 40 y 50 años entre el 3 de febrero y el 4 de marzo, varios de ellos del mismo círculo familiar y todos de A Coruña.
El cabecilla de esta red, que fue de los primeros detenidos, invertía el dinero que ganaba con el tráfico de drogas en comprar viviendas en la ciudad de A Coruña mediante la especulación, ya que disponía de capital en efectivo, añaden las fuentes policiales.
De hecho, los agentes le intervinieron 225.000 euros, de los que 185.000 estaban en una caja de seguridad de una sucursal bancaria de A Coruña, y otros 37.000 fueron hallados en su domicilio en los registros de dos de sus viviendas, donde además se incautaron de 500 gramos de cocaína, seis kilos de sustancia de corte y una prensa.
También decomisaron seis vehículos de alta gama y una pistola detonadora modificada para su uso con munición real.
"Vemos que tiene un capital inmobiliario fuera de lo común para una persona que no está trabajando", añaden las fuentes, que contabilizan hasta doce viviendas en A Coruña, además de inversiones inmobiliarias en Cee y Corcubión.
Un patrimonio con el que se hizo en diez años, a vivienda por año excepto estos últimos, en los que compraba dos cada año, de precios bastante elevados y bien situadas.
"Lo que hacía era conseguir viviendas al menor precio posible porque tenía capital económico para especular y después las reformaba, aumentando su valor, con el objetivo en varias de ellas de alquilarlas. Se ha dado el caso de que algunas las tenía alquiladas a personas que a su vez distribuían su cocaína", indican las fuentes del grupo de estupefacientes. "Ganaba por todos lados".
Pero el cabecilla de la trama, confiado con su negocio de compraventa de inmuebles, albergaba su "proyecto estrella" con un edificio en el barrio de Monte Alto, donde había adquirido casi todos los pisos para reformar en su totalidad.
La investigación continúa abierta a la espera de cerrar la instrucción con las evidencias de que "efectivamente esas viviendas proceden del blanqueo de capitales y que finalmente sea juzgado tanto por este delito como por tráfico de drogas", concluyen las fuentes.