El Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) de la Guardia Civil ha detenido a dos personas vecinas de Cambados (Pontevedra), e investiga a otras cinco, como supuestos integrantes de una red de tráfico y venta ilegal de aves rapaces protegidas, a las que sustraían de nidos cuando eran polluelos y, posteriormente, colocaban anillas procedentes de otros ejemplares.
Además de un delito contra la protección de la flora y la fauna, a los detenidos se les atribuye un delito de estafa, dado que algunos ejemplares eran vendidos simulando que procedían de la cría legal en cautividad, dado que falsificaban la documentación.
Para obtener las aves rapaces --gavilanes, cernícalos, azores, búhos reales y águilas ratoneras--, los detenidos extraían los polluelos de sus nidos en el medio natural, en sus primeras semanas de vida, y, a continuación, les colocaban anillas identificativas de otras aves de la misma especie anteriormente fallecidas, o bien "doblaban" anillas de otros ejemplares vivos.
Las actuaciones dieron comienzo en el año 2020, tras el hallazgo de un cernícalo malherido entregado por miembros de Protección Civil de Caldas de Reis. Las indagaciones posteriores tuvieron como resultado, que su perfil genético no coincidía con los datos de su anilla de identificación.
En la entrada y registro practicada dentro de este operativo, además de los agentes del Seprona, participaron funcionarios adscritos al Centro de Recuperación de Fauna Silvestre de Carballedo, perteneciente a la Consellería de Medio Ambiente de la Xunta de Galicia, entre los que se encontraba un biólogo, cuya presencia fue fundamental a la hora de datar las aves que allí se encontraban, destaca la Guardia Civil.
En poder de los detenidos se hallaron un total de 41 especímenes cuya tenencia resultó ilícita. Asimismo, destaca el hallazgo de 14 ejemplares muertos --entre gavilanes comunes, cernícalos, azores, un búho real y un ratonero común--, todos ellos congelados y con las patas seccionadas o carentes de su anilla identificativa, para así facilitar el uso fraudulento de anillas de animales muertos para documentar a los vivos.
Se intervino también numerosa documentación que permitió relacionar a otras personas con estas prácticas delictivas en las provincias de Pontevedra, y Salamanca, así como en Portugal.