El presidente del Partido Popular, Pablo Casado, ha reivindicado su sentido de estado frente a las acusaciones de los socialistas que lo sitúan fuera de la colaboración con el Gobierno, al respecto de lo que ha enumerado diferentes propuestas formuladas y la "mano tendida" que, subrayó, extendió en varias ocasiones como la gestión de los fondos europeos con la creación de un órgano independiente o para la reforma de los órganos judiciales.
En el arranque político del partido en la carballeira de San Xusto, en Cerdedo-Cotobade (Pontevedra), en la que tuvo palabras de recuerdo para el fundador ya fallecido Manuel Fraga, Pablo Casado ha prometido "reformismo" y se ha propuesto llegar a La Moncloa para "darle la vuelta como un calcetín" a España y colocarla, así, "en el lugar que se merece".
Ello, frente a un presidente del Ejecutivo, Pedro Sánchez, al que ha censurado sus últimas apariciones públicas desde el regreso de sus vacaciones, como el viaje "en helicóptero" a Ávila o que "se envuelva" en la bandera de las fuerzas armadas. Así, le ha reprochado que es solo "propaganda" y "márketing" y ha concluido que "no le dice la verdad ni al médico".