Los pacientes de covid que han estado ingresados en planta con una afectación severa o leve-moderada mantienen, a los tres meses de haber sido dados de alta, una limitación respiratoria, con la previsión de que esas alteraciones disminuyan y desaparezcan con el paso del tiempo.
Esta es una de las conclusiones de una investigación en la que han participado siete centros hospitalarios de España y que ha coordinado el Hospital San Pedro de Logroño y el Centro de Investigación Biomédica de La Rioja (CIBIR).
Los médicos adjuntos del Hospital San Pedro de los Servicios de Enfermedades Infecciosas, José Ramón Blanco; y de Neumología, Javier Ugedo, han explicado a Efe que los datos iniciales indican que esos pacientes, prácticamente, no tendrán ninguna repercusión en su función respiratoria diaria, pero hay que seguir investigando.
Blanco, quien ha liderado este estudio y también es director científico del CIBIR, ha añadido que, con el paso del tiempo, entiende que estas personas mejorarán, como se constata en los controles que les realizan.
En este estudio han participado 110 pacientes de covid sin alteraciones respiratorias previas, que estuvieron ingresados solo en planta, no en la UCI, con una afectación grave o leve-moderada y con una edad media de 50 años -el mayor de 62 y el menor de 42-.
Los Hospitales Reina Sofía de Córdoba, Reina Sofía de Murcia, Valdecilla de Cantabria, Costa de Sol de Marbella, de Burgos, Clínico de Zaragoza y San Pedro de Logroño se unieron a esta investigación en los primeros meses de la pandemia.
¿SECUELAS POR LA INFLACIÓN DEL PULMÓN?
Los resultados del estudio se han publicado recientemente en la revista Clinical Microbiology and Infection, tras pasar una revisión "exhaustiva" por parte de cinco investigadores internacionales, ha incidido Blanco, quien, al igual que Ugedo, ambos con una treintena de años de experiencia profesional, han vivido la pandemia en primera línea del hospital.
El estudio se inició porque, cuando empezó la pandemia, a los médicos les llamó muchísimo la atención las alteraciones que se veían en las radiografías de estos pacientes y les preocupaba conocer si dejarían secuelas por la inflamación del pulmón.
"En esas etapas iniciales de la covid-19, nuestra investigación no se centró tanto en lo que estaba ocurriendo en los pacientes en esos momentos, sino en el futuro y en las secuelas que podía dejarles la enfermedad una vez que regresaban a sus domicilios", ha subrayado Blanco.
El resultado de la investigación también indica que, cuando se planteó, durante la primera ola de la pandemia, no se había considerado la utilización de algunos fármacos, como los corticoides, pero cree que si este estudio se desarrollara en el momento actual, probablemente, los resultados podrían ser más satisfactorios para los pacientes.
Los pacientes que han participado en el estudio se han sometido a diferentes pruebas para comprobar cómo estaban sus pulmones, entre ellas, la de caminar seis minutos por llano y ver a qué velocidad pueden hacerlo.
"Hemos visto que, a los tres meses de haber sido dadas de alta, estas personas todavía no tenían recuperada del todo su función pulmonar", según Blanco, y "en sus escáneres persistían aún algunas alteraciones", por lo que había que seguir vigilando su evolución.
NO PODER HACER LA VIDA HABITUAL
Fatiga, disnea, no poder hacer la vida habitual y, al andar un poco más deprisa de la normal, se entrecorta la respiración. Estos son algunos de los síntomas que presentan.
Pero "lo que estamos viendo a día de hoy, y suponemos que va a ocurrir, es que esas alteraciones van a ir disminuyendo y desapareciendo y, prácticamente, no van a tener ninguna repercusión en el día a día, pero hay que terminar de confirmar", ha insistido.
Con el paso del tiempo, "pensamos que estarán un poco mejor", ha dicho, dado que les preocupaba, al inicio de la investigación, que el pulmón se quedara muy rígido y "eso no se ha producido".
"En marzo de 2020 no sabíamos a qué nos enfrentamos, vivimos unos meses iniciales de incertidumbre", ha recordado Ugedo, para quien, la sensación en abril y mayo era que manejaban mejor a los pacientes, que empezaban a recibir el alta hospitalaria, pero se preguntaron "qué pasaba con los que habían superado la fase más aguda y se iban a sus domicilios", la mayoría con un tratamiento relativamente sencillo y casi ninguno con oxígeno domiciliario.
A los tres meses, fueron sometidos, entre otras, a pruebas de función pulmonar, de marcha de seis minutos, tomografía computarizada de tórax y muestras de suero y esputo inducido, estas últimas aún en fase de análisis.
Observaron que la gran mayoría de esos pacientes habían mejorado, pero muchos tenían limitaciones, sobre todo funcionales, para hacer su vida normal.
"NUNCA ME HE SENTIDO SOLO ANTE EL PELIGRO"
"Todos los sanitarios de cualquier nivel de competencia hemos hecho un sobresfuerzo físico y mental para manejar esta situación durante el último año", ha asegurado Ugedo.
Ha sido "un trabajo continuo, intenso, ingente", pero los servicios hospitalarios más implicados, como los de Infecciosas, Neumología y Medicina Interna, "hemos contado con el apoyo de muchos compañeros de otras especialidades", defiende.
"Mi sensación es que nunca he estado solo ante el peligro. He tenido el apoyo de muchos compañeros y lo hemos podido llevar relativamente bien".
Para Blanco, la respuesta del personal sanitario durante el último ha sido "magnífica. Nadie ha dado un paso atrás. Hemos vivido cosas muy intensas, pero todos juntos, todos a una", por lo que ha expresado la "satisfacción y orgullo" que siente por sus compañeros y el equipo que han formado.
"La pandemia -ha insistido- te pasa factura física, pero lo peor es que deja cicatrices en el alma"; y ha reiterado la responsabilidad de todos en la lucha contra la covid-19 porque "el virus no diferencia".