El presidente de Òmnium Cultural, Jordi Cuixart, ha mandado una carta a los socios de la entidad desde la prisión de Soto del Real tras la manifestación del domingo, en la que señala que "gritan porque están llenos de miedo".
Cuixart reclama que ante aquellos que enarbolan la bandera de la represión, "ningún odio ni rencor, al contrario", y sostiene que no podrán silenciar las ganas de diálogo.
A un día del inicio del juicio en Madrid por el referéndum del 1 de octubre, Cuixart considera que están obligados a ejercer la desobediencia civil tantas veces como haga falta, y advierte de que "la movilización permanente se convierte en imprescindible" para desenmascarar la connivencia de los poderes del Estado con los herederos del franquismo, en sus palabras.
En ese sentido, ha criticado que la Fiscalía, la abogacía del Estado y Vox "van de la mano contra el ejercicio de derechos fundamentales", lo que cree que convierte al juicio en una oportunidad excepcional para avanzar hacia la República.
Ha considerado que la "indefensión flagrante" que supone la prisión preventiva y el veto del tribunal a testigos propuestos por las defensas solo consiguen fortalecer aun más sus convicciones.
Cuixart ha subrayado que la prioridad de los presos no es salir de la cárcel sino que se resuelva el conflicto político entre Generalitat y Gobierno: "Con una ciudadanía empoderada como el 1 de octubre de 2017, estoy convencido de que esta sociedad será lo que decida ser", ha apuntado.
FORCADELL Y BASSA
El presidente de Òmnium también ha relatado el emotivo encuentro de "pocos minutos" que tuvo con la expresidenta del Parlament Carme Forcadell y la exconsellera Dolors Bassa durante el traslado de los presos a Madrid.
Dice que les trasladaron en "compartimentos herméticos de poco más de un metro cuadrado" que les impedían verse, pero se enviaban mensajes de apoyo mutuo.