El doctor Simón Viñals, encargado del servicio médico de la macrofiesta del Madrid Arena, ha afirmado este martes que tenía material "suficiente" para reanimar "a tres personas a la vez", del mismo modo que contaban con inyecciones de adrenalina para ese mismo número de personas.
Viñals ha indicado durante su declaración en la séptima sesión del juicio que cuando llegó al Madrid Arena --sobre las 22.30 horas-- entró a la enfermería y comprobó que "estaba todo lo que había pedido". Había solicitado "tres mesas, doce sillas, dos cubos de basura y una buena señalización para la enfermería". También ha señalado que la enfermería no tenía teléfono ni nevera porque no llevaban ninguna medicación que precisara refrigeración.
Aportaron seis maletas con "todo el material" que preveía que iba a necesitar. Dos de estas maletas eran para curas; otras dos de ellas para traumatología, con férulas, vendas de escayola... "todo los elementos a usar en lesiones traumáticas"; otra para el aparato circulatorio y otra para aparato respiratorio. A esto ha indicado Viñals que hay que sumar el material de las ambulancias.
El médico ha indicado que nadie de Diviertt controló ese servicio porque tenían "plena confianza" en él. "Íbamos a un servicio preventivo, no una catástrofe", ha indicado. La composición de dos médicos, dos auxiliares y dos ambulancias así como el presupuesto planteado, fueron aceptados por Diviertt.
Él tenía calculado, por su "amplia experencia", que a partir de 3.000 asistentes se necesitaba un médico, un auxiliar sanitario y una ambulancia. A partir de 6.000, dos médicos, dos auxiliares y dos ambulancias. Esto aumentaba pero no proporcionalmente" ya que en otros eventos pedían tres ambulancias para un público de 7.000 personas.
Ha sido requerido sobre el número de asistentes, y ha dicho que se enteró "telefónicamente" cinco o seis días antes, ya que los documentos los ha visto con posterioridad. Le comunicaron que era gente joven y en torno a los 4.000 asistentes. "La tipología de los asistentes influye muchísimo" ha indicado.
Cuando Viñals se entera de que la cifra se estipula en 7.000 asistentes y que iban a acudir dos ambulancias convencionales, decide cambiar una de ellas por una UVI móvil que porta elementos que no tienen las ambulancias. "Normalmente llevan dos técnicos y médico", ha indicado Viñals, pero que en este evento la enviaron sin médico porque estaban él y su hijo al frente del servicio médico de la macrofiesta.
KONTROL 34
El socio mayoritario de Kontrol 34 --empresa que contrató Miguel Ángel Flores para la seguridad interna del Madrid Arena-- Carlos Manzanares, ha afirmado este martes que sus trabajadores solo son auxiliares que tienen "como mucho" el carné de controlador, algo que "no es ninguna cosa del otro mundo".
Así lo ha indicado Manzanares en la Sala Cero de la Audiencia Provincial de Madrid durante la séptima sesión del juicio por el Madrid Arena, donde también ha señalado que son auxiliares pero Flores "los quería como controladores de acceso con la titulación porque así no tenían antecedentes penales" y que puso a disposición de la macrofiesta 63 trabajadores.
También ha dicho que no sabe por qué pusieron que la seguridad dependía de Kontrol 34 ya que nunca han hecho de seguridad ni pueden hacerla. "Seguridad lo tiene que hacer una empresa de seguridad; ordenar es una cosa distinta", ha puntualizado.
Una vez iba a comenzar el evento, pasó lista a sus trabajadores y comprobó que habían acudido los 63 trabajadores que el promotor de la fiesta, Miguel Ángel Flores, le había requerido. Sin embargo, no ha podido asegurar que se respetara el croquis que él mismo elaboró sobre la distribución de los trabajadores. Respecto a la diferencia que estableció en dicho croquis sobre ojeadores y auxiliares ha indicado que los ojeadores "se moverían más", pero que para él "es prácticamente lo mismo".
A preguntas de su abogado Óskar Zein, ha dicho que no conocía a la mayoría de los trabajadores de Kontrol 34 y que no podía darles órdenes en la macrofiesta porque ya los había puesto a disposición de la empresa Diviertt y que no podía establecer servicios de seguridad, que sí lo estableció Seguriber según le había asegurado Flores.
Ha afirmado que llegó sobre las 22 horas al recinto y que iba acompañado por su socio Emilio Belliard. Al pabellón sí entraron con el resto de trabajadores. Acudió para comprobar que llegaban todos los miembros que Flores le había pedido.
Una vez comprobó que estaban los miembros de Kontrol 34, se quedó allí "por varios motivos": el evento le gustaba y había quedado "con unas amigas". Además ha indicado que le gusta comprobar si sus trabajadores están atentos o si por el contrario están "ligando o chateando", para saber si tiene que volver a mandarlos o no.
También ha confirmado que vio a Flores "muchas veces a lo largo de la noche". Una vez comenzó el evento estuvo "en varios sitios" porque eran "muchas horas". Respecto a quién cogía las entradas ha señalado que era personal de Diviertt y los miembros que llevaban la seguridad del evento eran de Seguriber, a quien supone que le correspondía controlar el aforo.
Ha sido requerido por la fiscal sobre los vomitorios, y ha reconocido que "todas las puertas se empujaban y se abrían" pero que él no podía asegurar que estuvieran abiertas "de par en par". Ha indicado que no vio auxiliares en los vomitorios.
Cuando se enteró de lo ocurrido, llamó a Flores para enterarse de la tragedia. Acudió después a la enfermería para ver si estaba allí. No recuerda si llamó a más personas a parte de a Miguel Ángel Flores. No ha querido declarar el socio minoritario de Kontrol 34 Emilio Belliard por "consejo" de su letrado Óskar Zein.