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Irlanda, el segundo país del euro que necesita ser rescatado

Irlanda se ha convertido en el segundo país de la zona euro en necesitar la ayuda financiera de sus socios para evitar una suspensión de pagos segura.

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Irlanda se ha convertido en el segundo país de la zona euro en necesitar la ayuda financiera de sus socios para evitar una suspensión de pagos segura.

Apenas seis meses después de Grecia, la pequeña isla atlántica, cuya economía representa apenas el 1,7% del PIB de la Eurozona, ha tenido que recurrir a la ayuda internacional, asfixiada por la presión del mercado.

A diferencia del caso griego, que sorprendió a los socios europeos sin herramientas adecuadas para hacer frente a la crisis, los gobiernos de la UE han podido dar una respuesta rápida a la petición de auxilio.

De hecho, hacía semanas que desde Bruselas y Fráncfort se insistía al Gobierno de Dublín en que hiciera uso cuanto antes del mecanismo europeo de asistencia creado a raíz de la crisis griega.

Un retraso en la solicitud de la ayuda sólo podía traer mayores costes de financiación y el riesgo de una desestabilización de toda la zona, al contagiarse las órdenes de venta a la deuda pública de otros países, como Portugal o España.

Aunque no se conoce el montante exacto del rescate ni las estrictas condiciones que llevará aparejado, parece seguro que requerirá decenas de millones de euros.

La ayuda será de un monto "inferior a los 100.000 millones de euros" (unos 137.000 millones de dólares), según declaraciones del presidente del Consejo Ecofin de la UE, el belga Didier Reynders, a la agencia Belga.

En mayo pasado, por primera vez en la historia de la unión monetaria europea, los socios tuvieron que improvisar un paquete financiero para Grecia por valor de 110.000 millones de euros (unos 150.800 millones de dólares), para un período de tres años, ante la imposibilidad de ese país de financiarse a precios razonables en el mercado.

Los ministros europeos de Finanzas dieron este domingo luz verde a la petición de ayuda financiera por parte de Irlanda al considerarla "justificada" para salvaguardar la estabilidad financiera de la zona euro y del conjunto de la UE.

En un comunicado emitido tras una teleconferencia, los veintisiete ministros y las instituciones comunitarias (Comisión Europea y Banco Central Europeo) anunciaron la puesta en marcha de un programa conjunto entre la UE y el Fondo Monetario Internacional para canalizar la ayuda a Irlanda.

El paquete de asistencia al Estado irlandés será alimentado a través del mecanismo de estabilización financiera contemplado en el presupuesto comunitario y de la facilidad financiera temporal que crearon los socios de la Eurozona a raíz de la crisis griega, así como de préstamos bilaterales que podrán ser negociados por los estados miembros que lo deseen.

El Reino Unido y Suecia ya han anunciado su intención de proporcionar préstamos bilaterales a Irlanda, según puntualiza el comunicado.

La ayuda financiera europea será otorgada como contrapartida a un "firme programa" de medidas económicas que será negociado entre las autoridades irlandesas, la Comisión, el FMI y el BCE.

Dicho programa "hará frente a los desafíos fiscales de la economía irlandesa de forma decidida", basándose para ello en el ajuste presupuestario y las reformas estructurales que las autoridades irlandesas se disponen a anunciar la próxima semana dentro de su estrategia presupuestaria para los próximo cuatro años.

Dicha estrategia deberá contener, advierten los socios, los detalles de cómo planea el gobierno irlandés conseguir una consolidación fiscal por valor de 6.000 millones de euros en 2011, y de 15.000 millones en cuatro años, con el objetivo de volver a situar el déficit público del país (desde el 32% en 2010) por debajo del 3% del PIB en 2014.

"En vista de los sólidos fundamentos de la economía irlandesa, la aplicación decidida del programa deberá permitir volver a un crecimiento robusto y sostenible, salvaguardando la cohesión económica y social", añade la declaración.

Sobre la ayuda al sector bancario, causa principal del riesgo de bancarrota por el que atraviesa el Estado, el comunicado no da detalles.

Afirma que "el programa incluye un fondo para las potenciales necesidades futuras de capital de los bancos irlandeses".

Y añade que, partiendo de las iniciativas ya tomadas por el gobierno para abordar la crisis financiera, "un amplio abanico de medidas, que van del desapalancamiento a la reestructuración del sector, contribuirá a asegurar que el sistema bancario cumpla su papel en la economía irlandesa".

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