El PP apuesta por que las dificultades que atraviesa el Gobierno de Pedro Sánchez con la reforma del Código Penal o las rebajas de penas a agresores sexuales se cronifiquen en 2023, un año electoral que arrancará con todos los partidos en precampaña.
El PP cierra el año crecido por liderar todos los sondeos salvo el del CIS. Aunque es el único que les sitúa por detrás del PSOE, cuando Génova aplica a los datos su propia cocina, Alberto Núñez Feijóo se coloca también en cabeza 4,4 puntos por delante de Pedro Sánchez, según señalan fuentes del PP.
En este contexto, el PP confía en seguir desgastando a Sánchez con la sedición, la malversación, la ley del "solo sí es sí" o los cambios que afectan al Tribunal Constitucional, sobre todo después de apuntarse un tanto al impedir que la modificación del sistema de nombramientos en este órgano se endosase al cambio del Código Penal.
El PP no dará tregua alguna a Sánchez ante estas modificaciones legales y, tras malograr el calendario previsto por el Gobierno, mantendrá en su ofensiva en los tribunales y ante la Unión Europea.
Ya antes de pedir amparo al Constitucional el PP había anunciado recursos ante un "Código Penal de autor" en beneficio de los independentistas y ven además sombra de inconstitucionalidad en el contenido de los cambios en el TC que el Gobierno busca ahora aprobar con una nueva proposición de ley.
Ante la estrategia de bombas de racimo o de inundación, en la que una normativa polémica tapa a la anterior, en el PP apuestan por una lluvia fina de críticas, que termine calando sin alejarles de su apuesta pública por la moderación. Como advirtió el portavoz en el Senado, Javier Maroto, que el PP le recordará al Ejecutivo "todos y cada uno de los días" su "tropelía".
Porque mientras sus adversarios de Vox y Ciudadanos piden mociones de censura u optan por movilizar las calles, en el PP consideran menos útil inflamar, y que los conflictos pasen al olvido, a que éstos se cronifiquen y acompañen a la acción de Pedro Sánchez en los meses previos a las elecciones municipales y autonómicas de mayo.
También creen haber sacado ventaja frente a estas dos formaciones porque el mérito de frenar la reforma judicial es del PP y no de Vox y Cs que coinciden en tener un tono de oposición más duro.
Además, en las próximas semanas seguirán siendo constantes las apelaciones a los votantes del PSOE, claves para lograr la meta de ganar las elecciones y gobernar en solitario.
Sin embargo, mientras el PP busca jugar en el centro político, en el Gobierno le acusan de "enmudecer" al Parlamento o de tener una dinámica propia de Donald Trump. Unos reproches a los que quitan peso en el entorno de Feijóo, pero que sí levantan recelos entre los populares que temen que como reacción la izquierda se una y movilice.
Mientras, la economía, que es troncal para el PP, ha pasado a segundo plano coincidiendo con la mejora en los datos de inflación o crecimiento.
Con estos mimbres, el PP encara un año electoral en el que tiene como objetivo apuntarse nuevas victorias en mayo que sirvan de trampolín para las generales.
Feijóo iniciará su agenda de enero con dos actos de relevancia, la presentación de los candidatos autonómicos en Zaragoza y la de los alcaldables en Madrid.