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Cesan al titular de Interior y evitan la tensión con Paquistán

Presionado para que adopte medidas ?ejemplares? tras la masacre de Bombay, el jefe del Gobierno indio, Manmohan Singh, sacrificó ayer a su ministro del Interior, Shivraj Patil, pero se cuidó de espolear las tensiones con el vecino Paquistán por su supuesta responsabilidad en el atentado.

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  • El primer ministro indio, Manmohan Singh (d), junto al destituido ministro del Interior, Shivraj Patil. -
  • El jefe del Gobierno se ve presionado para que adopte medidas ?ejemplares? tras la masacre de Bombay
  • El ministro Patil ?ha asumido la responsabilidad moral? por el asalto terrorista
  • La oposición culpa a todo el Gobierno y sostiene que una dimisión ?es poco?

Presionado para que adopte medidas “ejemplares” tras la masacre de Bombay, el jefe del Gobierno indio, Manmohan Singh, sacrificó ayer a su ministro del Interior, Shivraj Patil, pero se cuidó de espolear las tensiones con el vecino Paquistán por su supuesta responsabilidad en el atentado.


Patil “ha asumido la responsabilidad moral” por el asalto terrorista a Bombay, en el que murieron al menos 183 personas y más de 300 resultaron heridas, “y ha decidido dimitir”, informó la portavoz del gobernante Partido del Congreso, Jayanti Natarajan, horas antes de que un comunicado de la Presidencia india confirmara que la dimisión había sido aceptada.


Un portavoz del Gobierno desmintió versiones de fuentes oficiales recogidas por varios medios indios según las cuales el consejero de Seguridad Nacional, M.K.Narayanan, también había dimitido.



Tras la del ministro del Interior, se esperaban más dimisiones forzadas en el Gobierno central y en el del Estado de Maharashtra (cuya capital es Bombay), si bien las autoridades de este último están ofreciendo resistencia a ser “sacrificadas”.


Para el Gobierno de Singh, que se enfrenta al electorado en la próxima primavera, la ola de atentados padecida este año por la India y la desaceleración económica en el contexto de crisis internacional pueden tener un efecto demoledor.


Al menos 183 personas perecieron y más de 300 resultaron heridas en el asalto de un comando islámico que durante tres días aterrorizó a la capital financiera de la India.


Este ataque se suma a los padecidos en los últimos seis meses por la capital Nueva Delhi, la turística Jaipur, la tecnológica Bangalore, la gujarati Ahmedabad o la embajada india en Kabul, en los que dos centenares de personas han perdido la vida.


Singh convocó ayer a una reunión a los líderes de los principales partidos del país, a los que anunció medidas de refuerzo de la lucha antiterrorista para demandarles “unidad” ante la “amenaza nacional” que representa el terrorismo, según el comunicado oficial.


El ataque contra Bombay “es horrendo y el Gobierno se lo toma muy muy en serio. Es un ataque intolerable a la soberanía india”, afirmó la portavoz del partido gubernamental tras anunciar la marcha de Patil.


Aunque la oposición ha indicado que este atentado “es negligencia culpable colectiva de todo el Gobierno. La responsabilidad debería de ser también colectiva y ningún Gobierno debería tener derecho a sobrevivir después de algo así” y añaden que la dimisión de un ministro “no es suficiente” y llega “muy tarde”.

Vuelta a la normalidad


Al margen de los acontecimientos políticos, Bombay, bella ciudad portuaria y centro de negocios de la India, trata de volver a la normalidad tras la masacre terrorista que se inició la noche del pasado miércoles.


Los comercios de la turística zona situada en torno al lujoso hotel Taj, uno de los epicentros del atentado, empezaban a abrir sus puertas, aunque la afluencia era menor de la habitual.


Incluso en el bar Leopold, otro de los recintos atacados en la lengua peninsular del sur de Bombay, su dueño se atrevió a levantar las persianas durante unos momentos por la mañana, aunque durante el resto del día permaneció cerrado, con velas y flores en recuerdo de las víctimas.

 

Parte el avión ambulancia con los dos españoles heridos

 

Los dos españoles heridos en la masacre terrorista de Bombay partieron ayer en un avión ambulancia rumbo a Londres, informó a Efe una fuente consular.


El matrimonio formado por Rafael Beaus –en la imagen superior– y María Rosa Romero salió en un avión sueco junto a al menos dos británicos, según la fuente, que añadió que tras su llegada a Londres, prevista para las 4.30 GMT de la pasada madrugada viajarán a Barcelona en un vuelo sufragado por su compañía de seguros. Ambos salieron del hospital en el que se encontraban a las 18.00, hora local (12.30 GMT).


El matrimonio español se encontraba en la recepción del hotel Taj de Bombay, uno de los epicentros del atentado, cuando el comando terrorista islámico, armado con rifles y granadas, inició su asalto a varios puntos de esa ciudad, considerada el corazón financiero de la India.


Romero sufrió heridas en distintas partes del cuerpo por esquirlas de granada, mientras que su marido tiene el fémur roto, aunque ambos tienen un pronóstico leve.

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