El futuro y la opacidad que envuelve el panorama actual en el Racing Portuense parece que poco a poco va tomando la forma y el color deseado. Con una nueva asamblea en puertas -precisamente este miércoles se celebra a las 19.30 horas una ordinaria- preparar cada una de las opciones que se van ofreciendo es una tarea contrarreloj con la que se viene trabajando.
Sin nada confirmado ni nada que pudiera decir, tampoco, lo contrario, las puertas del estadio rojiblanco deben seguir sí o sí abiertas más allá de este tortuoso verano que se avecina. Debe haber vida y debe haberlas para uno o para otro. El destinatario final aún no está determinado a la espera de acontecimientos más o menos escalonados. Allanar el horizonte y no dejar nada al azar se considera el abc en el manual, en la intención de evitar sorpresas de última hora.
El acercamiento con el Ayuntamiento ha sido claro y meridiano de un tiempo a esta parte. Paradójicamente, sin directiva y bajo una junta gestora, los accesos lucen, en parte, asfaltado y pavimentado en una de las reclamas que desde hace años se ha ido demandando al Consistorio. Las conversaciones, bien con el tema racinguista o bien con el recreativista, lo cierto es que han fluido en un ambiente de cordialidad y con un afán positivo.
La apuesta firme en la continuidad a que se siga el proyecto de formación de jóvenes jugadores, la creciente actividad con la Escuela deportiva o los ocho equipos formativos que componen el organigrama canterano, es una prueba más de que el movimiento dentro del recinto racinguista lejos de menguar va creciendo con el tiempo.
Los problemas institucionales derivados han ido inversamente proporcionales al número de futbolistas y equipos nacidos de unos años a esta parte a la sombra del primer equipo.
Asegurarse la concesión administrativa del José del Cuvillo por parte del Recreativo Portuense es el pilar fundamental para que el proyecto canterano y la traslación de un club a otro, se produzca de la forma menos traumática posible.
Conscientes de que el porvenir no es halagüeño y que las opciones de salir victorioso se van menguando con el paso del tiempo, esta decisión es la más determinante y la que pudiera ser más provechosa de todas, toda vez que se aseguraría el fútbol en el todavía recinto racinguista.
Es por eso y a la espera de la resolución y al final que pudiera deparar en las próximas semanas, la intención es clara, siendo éste uno de los objetivos a conseguir para asegurárselo lo antes posible. Y es que sin esta concesión, el organigrama e intenciones de seguir, tiraría por tierra todo lo ganado. Morir en la orilla serviría de fracaso a todo lo que con el esfuerzo y trabajo ha costado crear en los últimos años.
Ante un posible compromiso, no firmado pero sí presumiblemente verbal, y en un claro acto mediador, el acuerdo, en estado embrionario, serviría para permutar una concesión a la que le restan aún 28 años de los 50 que se otorgaron en su día.
Apuntar que los terrenos son de propiedad municipal desde 1991 y, a falta de escrituración de la empresa Impulsa El Puerto que tomó estos tras la permuta de terrenos y aprobado en pleno en julio de 2010, el Racing Club Portuense disfruta por una concesión administrativa que debiera poseer hasta 2041. Los acontecimientos dictarán de una forma u otra una resolución que tendrá un efecto dominó para bien o para mal.
