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El Puerto

“Este reconocimiento es un estímulo para seguir trabajando más”

A pesar de haber nacido y crecido en Osuna (Sevilla), José Serrato se siente portuense, ya que desde el primer día fue acogido por nuestro municipio que ahora le ha reconocido su dedicación en Cáritas durante casi 30 años

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  • JOSÉ SERRATO -

Al frente de Cáritas desde 1985, ahora el Pleno ha decidido otorgarle este reconocimiento, que servirá de estímulo para continuar con su labor. 

¿Cómo se ha sentido por el reciente nombramiento como hijo adoptivo de El Puerto?
Sinceramente, es una satisfacción el que te hayan nombrado hijo adoptivo. Sin lugar a dudas, en muchas ocasiones sin tener nombramiento como tal, con título, me he considerado un portuense más, entre otras cosas, porque desde el primer día, busqué la forma de adaptarme, como son los portuenses y a la forma de vivir y creo que vayas donde vayas, sin lugar a dudas, si tienes oportunidad lo tienes que hacer con la mayor sencillez posible.

¿Supone esto, más si cabe, una responsabilidad más a la labor que desempeña?
No es una responsabilidad más, es una satisfacción por el reconocimiento. Porque además yo tuve la suerte de llegar a esta población y encontrarme el lugar idóneo como era la parroquia del Carmen y San Marcos que es donde mis hijos estuvieron en el coro y nosotros alrededor de ellos, y encontré lo que a mí me gustaba. Normalmente sin tener unas ideas y sacarlas a la calle, sí tenía claro que había que ser solidario, sobre todo, con aquellas personas que más lo necesitaban que es lo que estamos haciendo. Pero no mayor compromiso, es un estímulo para seguir trabajando más.

Coménteme cómo ha sido su andadura por Cáritas desde los inicios…
Una vez que mis hijos estaban aquí en la parroquia, don Antonio González Montaño y Ramón que eran presbíteros ya fallecidos, muy conocidos en El Puerto, nos llamaron y nos dijeron que por qué no nos ubicábamos en un grupo catecumenal de aquí de la parroquia y como queríamos estar al lado de nuestros hijos, a partir de ahí comienza un periodo y llegó el momento de coger un carisma, y yo cogí el carisma de Cáritas. Empecé a trabajar como uno más, las Cáritas, en aquellas fechas, estaban centralizadas en la interparroquial, en la calle Larga, hubo que desalojar el local, se buscó la fórmula de ubicarlas en las parroquias y constituir Cáritas parroquiales y una vez que se constituyó tenía que haber una coordinación, y así fue como surgió la interparroquial coordinada. Nosotros siendo antes interparroquial y ahora interparroquial coordinada, siempre dependemos de la Cáritas Diocesana.

Desde sus comienzos, ¿cómo han evolucionado las necesidades de los portuenses?
Nosotros comenzamos con la abundancia o la no abundancia de lo que en este país había, eran unos tiempos malos, hace 27 o 28 años, después con el transcurrir del tiempo se iba mejorando y demás y hubo ya el boom de los últimos diez años. En principio nosotros hemos atendido siempre a las mismas familias, familias que no han levantado cabeza nunca, y se han ido sucediendo de generación en generación, parecía que era normal y, como se suele decir, a veces el árbol no te deja ver el monte y nosotros creíamos que eso era normal, teníamos claro que tenía que existir ese reducto de familias necesitadas. Una vez que ya entramos en el consumismo disparatado, ya no se padecía tanto, pero ahora, al venir la crisis, nos hemos dado cuenta de que aquello no era normal. Como ahora tampoco es normal ahora mismo, con el sistema capitalismo, con los especuladores, que no sólo están jugando con el dinero de la gente, sino que están jugando con sus sentimientos, la prueba la tenemos con los suicidios y demás.

¿De cuántos demandantes estamos hablando actualmente?
Actualmente estamos hablando de una demanda en El Puerto de unas 650 familias. Y hasta la fecha, hemos atendido recibos de luz, agua, vivienda, farmacia, algunas ayudas económicas, viajes… pero últimamente lo estamos basando todo, todo en alimentos salvo excepciones que nos estamos volcando bastante en la vivienda, porque hay muchas personas amenazadas con el desahucio, bien porque deben alquiler o no están pagando la hipoteca, y así dentro de nuestras escasas posibilidades, porque son pocos los recursos que tenemos, pero lo que estamos haciendo es que estos recursos los vayamos empleando en alquiler de vivienda y demás porque eso no se puede, tiene que ser más bien a nivel de Ayuntamiento o de Junta de Andalucía, pero uno de los programas que tenía que existir es que a las familias de alquiler, por lo menos, durante determinadas épocas, ayudarles como mínimo con un 50%, porque hoy por hoy no hay en El Puerto un alquiler de una vivienda decente por menos de 400 o 450 euros, lo mismo en el centro que en el barrio alto. Tendría que haber un programa para ayudar a estas familias que se ven tan apuradas. Por ejemplo, yo conozco a una familia que cobra 700 de viudez, y paga 450 euros de alquiler, más la luz y el agua, ¿de qué viven esas criaturas, de qué comen? Por eso, la ayuda en los alquileres de vivienda es una cosa primordial hoy día.

En estos años, ¿ha cambiado el perfil del usuario?
Totalmente. El perfil del usuario ha cambiado en dos partes importantes: familias que empezaron a venir demandando ayuda, mejoraron y dejaron de venir. Con la crisis esas familias han vuelto a venir y además todas aquellas que nunca jamás habían venido y que de tenerlo todo, las cosas le han ido tan mal, tan mal que no tienen absolutamente nada.

¿Notáis quizá que ahora hay menos inmigrantes?
El inmigrante en el 2002 fue cuando empezó a venir, teníamos censadas unas 20 familias y ahora hay más de cien censadas. Pero también ha pegado un parón de llegada y un bajón grande que se está yendo, porque los que mayor parte de los que vienen tienen la intención de irse, menos los que se han traído a todas sus familias y han cogido cierta estabilidad, pero el bajón de inmigrantes también se nota.

Imagino que en estos últimos años habréis tenido que intensificar vuestros esfuerzos…
Sin  lugar a dudas. Y demandar más a los ciudadanos y dirigirnos a ellos más veces, refrescando la memoria y sabiendo que esto continúa, que además nosotros hemos tenido las campañas de continuidad con el fin de que los recursos estirarlos lo más posible, la campaña de Navidad no termina ahí, aún queda un camino largo por recorrer, atendiendo a las personas que estábamos atendiendo más otros que se están incrementando.

¿Con qué medios cuenta Cáritas para cubrir estas necesidades?
Cáritas los medios que cuenta es una colecta que cada parroquia deja para Cáritas mensualmente que suele ser el primer domingo de cada mes, los pocos socios que hacemos y nos dirigimos por circular o el boca a boca, y donativos anónimos que cada vez hay menos. En El Puerto, las empresas colaboran en fechas puntuales, hay empresas que llevan muchos años, pero son las menos.

Es evidente que en Navidad es cuando más la gente se vuelca, pero necesidad hay todo el año, ¿no?
Creo que más de un año vamos a hacer lo mismo que hemos hecho en este año, la continuidad, el día a día. Después también hay personas que aportan sus bolsas.

¿Qué proyectos tenéis de cara a esta primavera?
El proyecto es cubrir el día a día, que en el almacén no nos falten alimentos y seguir administrándolo a las familias que lo demandan. Esto no es una empresa que tenga un pasivo. Esto es un poco a la aventura. Que en una colecta haya más, que haya menos, nosotros no podemos programar. La única programación es seguir refrescando la memoria a los portuenses y que seguimos igual, con necesidades porque lo que está claro es que se dicen muchas cosas, pero la única realidad es que aquí día a día llegan personas demandando caridad.

Supongo que esta labor tiene una doble cara, por un lado la satisfacción de ayudar pero, por otro, acercarse a esta realidad tan dura…
Eso lo he manifestado yo varias veces porque anímicamente a mí me ha llegado a afectar, sobre todo, de dos años para acá. Antes, estábamos acostumbrados a atender familias que casi no habían levantado cabeza en la vida, ellos y parte de su generación, pero sentía una cierta satisfacción porque no tenía que decir tantas veces que no, más veces decía que sí. Había algo más de abundancia y menos demanda, lo contrario de ahora, ahora hay mucha demanda y pocos recursos. Y sin lugar a dudas que dentro de la forma de pensar te puedes encontrar satisfecho, pero hoy por hoy esa satisfacción no es tan grande como en otros tiempos. El problema no es que haya problemas, sino que no lo podamos resolver.

En estos años, ¿cuál ha sido la historia que más le ha llegado?
No es una sola, lo que más me llama a mí la atención, y lo que más me apena es que muchas familias anteponen el comer día a día antes que le quiten la vivienda, la ropa, etc. Pero el comer hay que comer todos los días, y eso es un gran problema, es un problema porque entre otras cosas nosotros ayudamos al núcleo familiar y lo que hacemos es para que se beneficie la familia y eso es lo que más afecta y además aún es peor que están entrando en las casas alimentos de poca calidad, de los que tienen que comer niños y personas mayores, eso es una cosa que nosotros lo pensamos, pero no tenemos posibilidades de dar carne o pescado, solo podemos dar alimentos de primera necesidad como aceite, garbanzos, etc. Eso es lo que más me impacta, porque tenemos que buscar entre todos la solución para que la gente pueda comer todos los días.

¿Qué reto os planteáis para este 2013?
La supervivencia, no hay otra cosa. No puedes contar con nada. Tenemos socios y todos los meses tenemos devoluciones de socios de que no pueden pagar, aunque no sea muy grande, y ahí estamos.

 

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