La selección española vivió en el 2016 su año de "transición dulce", el calificativo con el que definió Vicente del Bosque el traspaso de poderes en la portería de Iker Casillas a David De Gea y que puede aplicarse al final de la época gloriosa de la Roja, con su adiós tras la Eurocopa de Francia y la llegada al cargo de seleccionador de Julen Lopetegui.
Llegó el fin de una era. El adiós del seleccionador que extendió una filosofía de juego, una manera de entender el fútbol, y la llevó a su cota más alta. Del Bosque decidió no extender su etapa tras ocho años para la historia en los que la Roja llegó a lo más alto conquistando el Mundial 2010 y extendió su dominio en el 'Viejo Continente' conquistando la Eurocopa 2012.
El final dejó un amargo sabor de boca por el papel discreto de España en la Eurocopa de Francia. El sueño de ser la primera selección en conquistar tres títulos consecutivos se desvaneció a las primeras de cambio.
El 2016 había comenzado con señales que serían avisos de lo que venía. Empates en amistosos ante Italia y Rumanía y una derrota justo antes de acudir a la gran cita, que avisaba de lo que estaba a la vuelta de la esquina. El 0-1 ante Georgia en Getafe tuvo una difícil explicación. Las goleadas de preparación ante Bosnia y Corea del Sur quedaban en segundo plano. Partidos en los que Del Bosque hacía debutar a sus últimos jugadores para cerrar el cupo en 70 debutantes en un relevo generacional del que se ocupó con maestría.
Así llegó la Roja a una nueva gran cita compartiendo el cartel e favorito. El testarazo salvador de Gerard Piqué ante República Checa (0-1), para enterrar un año de polémicas y silbidos de su propia afición, y la goleada a Turquía (3-0), volvió a instalar la ilusión en un país que pasó de no ganar nada a habituarse al éxito de su selección.
Duró poco. España pecó de soberbia cuando vio todo hecho al ponerse por delante en el último encuentro del grupo ante Croacia. Los de Luka Modric acabaron asestando un duro golpe con su remontada y un gol a tres minutos del final de Perisic que fue el peor de los castigos (1-2). Aunque se intentó desde dentro sacar lectura positiva de lo ocurrido, de golpe aparecían Italia y Alemania en el horizonte. Valiendo un empate para ser primera de grupo, la Roja cometió un error fatal recibiendo un gol al contragolpe en los últimos compases.
Y llegó la Italia de la 'vendetta' y uno de los peores partidos de la 'era Del Bosque' para cerrar su etapa de seleccionador. Estudiada al detalle fue superada en todos los aspectos del juego e incapaz de levantarse, acabó volviendo a casa como en los viejos tiempos, en octavos de final con un doloroso 2-0 en el grandioso Saint Denis.
En esta ocasión el presidente de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) no consiguió lo que deseaba y Del Bosque decidió dar un paso al lado. Lo tenía decidido hace tiempo y nada le frenaría. Su carrera como entrenador había terminado y llegaba el momento difícil de buscar un sustituto que extendiese una línea marcada. Se impuso a todos Julen Lopetegui por su pasado exitoso en las categorías inferiores.
Se ejecutaba la "transición dulce" en el banquillo y en la portería. Iker Casillas desaparecía de una convocatoria. El fin de una leyenda del fútbol español se precipitaba tras una Eurocopa en la que no tuvo minutos y se filtraron problemas con el cuerpo técnico. Junto a Iker desaparecían de la lista jugadores del peso de Cesc Fábregas junto Juanfran Torres o Pedro Rodríguez.
El peso de la nueva España lo llevarían jugadores que triunfaron con Lopetegui en sus inicios. Es la hora del paso al frente de De Gea, Thiago Alcántara o Isco Alarcón como abanderados de un grupo de jugadores asociados al éxito. El regreso en una nueva oportunidad que no quiere dejar escapar Diego Costa. Con Andrés Iniesta como el gran abanderado de un fútbol que perdura.
El inicio de la etapa de Lopetegui fue esperanzador. La victoria en casa de una de las selecciones del momento, Bélgica (0-2), y la forma en la que España dio un paso firme hacia el puesto de acceso directo al Mundial 2018, vapuleando a Liechtenstein (8-0), empatando ante su rival directo Italia en un partido que tuvo ganado (1-1) y apartando del camino a la tercera candidata, Albania (0-2) antes de golear de nuevo a un rival como Macedonia (4-0).
Un empate final, con reacción de orgullo y debut en estado de gracia de Iago Aspas en el imponente Wembley ante Inglaterra (2-2), fue el último capítulo de un 2016 que deja una herida abierta, la situación de Piqué y su anuncio de retirada de la selección española hastiado de tanta polémica, a la conclusión del próximo Mundial.