Ni tanto ni tan calvo. El Sevilla, que ofreció su mejor cara de este inicio de temporada el pasado martes en la Champions, necesita regularidad para caminar con calma en una temporada ilusionante a la par que exigente.
Evidentemente, el despliegue tanto físico como futbolístico en la goleada ante el Borussia debe servir de ejemplo a seguir para no volver a caer en los errores ya cometidos en Málaga y en el Ciudad de Valencia frente al Levante, exceptuando el caso de un Atlético de Madrid al que debió mostrarle mayor resistencia pero que no deja de ser una evidencia que los colchoneros están, al menos por el momento, un escalón por encima de los nervionenses.
Así se presenta un nuevo fin de semana liguero en el que los de Emery deben levantar el vuelo impulsados por la motivación inyectada en futbolistas y aficionados tras el duelo de Champions.
Lo primero, como varios jugadores han coincidido en las diferentes opiniones vertidas tras esta última victoria, es correr. Despliegue físico durante 90 minutos que ate en corto a los rivales en sus propias áreas para que, en segundo lugar, con la calidad futbolística que atesora la parte ofensiva de este nuevo Sevilla valga para perforar la meta y sumar los puntos de tres en tres. Idílico para algunos, exigencia para otras. La primera revalida liguera, este domingo contra el Celta.
Emery trabaja pensando ya en el Celta
Con la resaca del partido de Champions todavía en el cuerpo, el Sevilla entrenó ayer en la ciudad deportiva a puerta cerrada. Lo hizo pensando en el encuentro de Liga de este domingo frente al Celta (12.00 horas en el Ramón Sánchez Pizjuán). El grupo estuvo dividido en dos. Por un lado, los jugadores que fueron titulares en el encuentro frente al Mönchengladbach (a excepción de Krychowiak y Banega) realizaron series de rondito en el campo. Al ser pocos efectivos, Unai completó el cuadro con jugadores del filial. El resto de jugadores se ejercitaron en el gimnasio. El equipo, que descansa hoy, volverá a ejercitarse mañana a las 10.30 horas.