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Condenado a diez años de cárcel el acusado de matar a un varón al que no quiso suministrar droga

El juez apunta que "no se trató de un hecho provocado o buscado" por el procesado "en su origen"

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La Sección Segunda de la Audiencia Provincial de Córdoba ha dictado una sentencia por la que condena a una pena de diez años de prisión al hombre acusado de matar a puñaladas a otro varón al que supuestamente no quiso suministrar drogas, en la localidad cordobesa de Lucena, y que el jurado había declarado culpable de homicidio por unanimidad.

   Según recoge la sentencia, a la que ha tenido acceso Europa Press, el presidente del Tribunal del Jurado apunta que "no se trató de un hecho provocado o buscado por el acusado en su origen o circunstancias anejas", y que, "aún siendo evidente la torpeza de su proceder al no dar aviso a la Policía, sí intentó solventar la cuestión acudiendo a la mediación de un familiar común con la víctima".

   Por otra parte, indica que puede tenerse "el convencimiento", como el que el jurado alcanzó, de que "era sabedor de lo inevitable de su imputación y que su confesión no fue determinante en el esclarecimiento de los hechos, pero su actitud a lo largo del procedimiento debe ser factor que debe jugar a su favor", y con ello establecer la pena en el mínimo legal, después de que la Fiscalía y la acusación pedían para él penas de 13 y 15 años de prisión, respectivamente.

   En concreto, se da por probado que desde aproximadamente las 13,00 horas del día 3 febrero de 2012, la víctima y otros dos hombres más "se hallaban bebiendo" en un bar de la citada población, y sobre la tarde noche, "todos ellos decidieron ir al domicilio del acusado", porque "pensaban que podía suministrarle alguna sustancia estupefaciente".

   Al respecto, se apunta que la víctima y el procesado "habían mantenido en el pasado una estrecha relación, que no consta se hubiera enfriado en los últimos tiempos". Así, en torno a las 22,00 horas, estos tres individuos llamaron a la puerta de la vivienda del acusado, que en esos momentos se encontraba "viendo la televisión junto a su hija", de unos ocho años de edad.

   En este sentido, el procesado les dijo que "no les facilitaría lo que le pedían, razón que motivó una disputa inicial" entre éste y la víctima, "cuya ingesta de alcohol había sido especialmente intensa y se encontraba agresivo". Si bien, la "discusión o pelea" terminó gracias a la intervención de uno de los otros varones, aunque "no abandonaron las inmediaciones" del domicilio.

"INTENTAR APACIGUAR LOS ÁNIMOS"

   Por tal circunstancia, el acusado optó por llamar a su cuñado y tío de la víctima, para que "intentara apaciguar los ánimos", de manera que acudió al lugar al cabo de una media hora y "tuvo un enfrentamiento antes de introducirse en el domicilio" del procesado, especialmente con uno de los otros dos varones, "lo que motivó que, luego de estar brevemente en la vivienda, donde se hizo de un machete, salió nuevamente a la calle para enfrentarse con ellos".

   Tras él salió el acusado, pese a que desde que hiciera acto de presencia su cuñado, "la actitud violenta de aquéllos había cesado siquiera momentáneamente, armado con una navaja de grandes dimensiones que o bien cogió o bien le dio" una mujer que estaba en el interior de la casa.

   De este modo, el cuñado "se enfrentó, armado con el machete" con los otros dos varones, siguiéndose por estos hechos juicio de faltas separado, mientras que el acusado y la víctima "se acometieron físicamente, después de que éste se quitara la parte superior de sus ropas, quedando el torso desnudo", según se apunta en la resolución judicial.

"TRES GOLPES CON LA NAVAJA"

   En el transcurso de este enfrentamiento, el procesado "lanzó tres golpes con la navaja que esgrimía" a su oponente, que "inicialmente se protegió con su brazo, recibiendo en él un corte, si bien no pudo impedir que le afectara levemente en el pecho primero y después le asestara una puñalada de unos 15 centímetros de profundidad, en la misma zona que le afectó al corazón y pulmón derecho con intención de causarle la muerte".

   Al sentirse herido, emprendió la huida, aunque falleció a unos 60 o 70 metros de distancia, "golpeándose en la cabeza al caer desplomado". La muerte fue debida a "un shock hemorrágico secundario a rotura cardiaca causada por arma blanca".

   Tras esos acontecimientos, el acusado optó por marcharse de Lucena, "llevándose consigo a su hija a Granada", y posteriormente "se entregó a la Policía, cuyas investigaciones ya apuntaban hacia él como autor de los hechos". Cabe destacar que el procesado ha estado privado de libertad por este procedimiento desde el día 6 de febrero de 2012.

   Durante el juicio, el acusado declaró que la víctima supuestamente le dijo que lo iba "a matar" y se le tiró encima, a lo que añadió que no se enteró cuando le clavó la navaja a la víctima, quien, según el procesado, "estaba retando" y presuntamente también iba armado.

   Según explicó, la víctima llegó a su casa con dos personas más para "supuestamente comprar droga", dado que el procesado anteriormente la facilitaba, si bien aseveró que en ese momento ya no se dedicaba a ello y les dijo a los tres que "no tenía", de manera que los echó.

   No obstante, señaló que la víctima supuestamente se lió a dar patadas a la puerta de la casa, al tiempo que insultaba al acusado, ante lo cual llamó para pedir ayuda a su cuñado y tío de la víctima, quien cuando llegó les echó "la bulla". Tras ello, presuntamente hirió a algunos y después sucedieron los hechos relatados entre la víctima y el acusado, según la versión de este último.

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