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El Hospital Reina Sofía supera los 1.400 trasplantes renales en los 35 años de esta actividad

El riñón es el órgano que más se ha implantado desde que este centro iniciara su carrera trasplantadora

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Los profesionales del Hospital Universitario Reina Sofía de Córdoba han realizado más de 1.400 trasplantes renales desde que hace 35 años este centro iniciara su actividad en el campo de la donación y los trasplantes. Precisamente, la primera intervención fue un implante de riñón y se llevó a cabo en febrero de 1979. La suma de todos los implantes de órganos y tejidos practicados hasta la fecha en el complejo sanitario se aproxima a las 6.300 intervenciones y el riñón es el órgano que se ha trasplantado en más ocasiones.

   La carrera trasplantadora se iniciaba tres años después de que el hospital abriese por primera vez sus puertas. Hasta la fecha, han sido numerosos hitos los que han tenido lugar en este campo, fruto del esfuerzo de los profesionales y de la profunda generosidad de la población cordobesa que empatiza con la donación.

   En declaraciones a Europa Press, con motivo de la celebración del 35 aniversario del primer trasplante en este centro hospitalario, el responsable de la Unidad de Gestión Clínica de Nefrología del hospital cordobés y responsable también del programa de trasplante renal, Pedro Aljama, ha resaltado que "la incorporación de los trasplantes supuso un hito histórico para los pacientes con enfermedad renal en estado Terminal".


   Entre los mayores logros de esta terapéutica, que hoy permite seguir salvando vidas mediante el empleo de sofisticadas técnicas de cirugía, destaca "la reducción de rechazo de este órgano y la mejora de la supervivencia gracias a la medicación inmunosupresora", prosigue el especialista.

   El trasplante se considera el tratamiento más adecuado para la enfermedad renal crónica, fundamentalmente el procedente de donante vivo. A lo largo de su historia, en este centro se han realizado 37 trasplantes renales de donante vivo y el número de pacientes evaluados para recibir un riñón procedente de donante vivo aumenta cada año.

   El servicio de Nefrología cuenta una consulta semanal dedicada exclusivamente a organizar y gestionar todos los trámites que implica la donación de vivo. En ella, se citan al donante y receptor para explicarles los posibles riesgos y ventajas de la donación de vivo y someterles a las pruebas cruzadas para saber si son compatibles.

   El acto generoso y solidario de la donación de vivo proporciona resultados clínicos superiores al de cadáver, pues el tiempo de isquemia se reduce, también se limita la posibilidad de rechazo por mayor compatibilidad inmunológica entre familiares y puede evitar incluso la entrada en diálisis. Además, al tratarse de una cirugía programada, se puede elegir el momento más idóneo para su realización para el paciente.

   Los urólogos, que son los cirujanos que llevan a cabo los trasplantes renales, usan la técnica laparoscópica para la extracción del órgano del donante vivo, ya que resulta menos agresivo para la persona que de forma altruista ofrece uno de sus riñones a un familiar que lo necesita para seguir viviendo.

CONSULTA DE TRASPLANTE Y MAYORES

   La Unidad de Gestión Clínica de Nefrología, donde se trata al paciente antes, durante y después del trasplante, dispone de numerosos recursos para atender sus necesidades y mejorar la calidad de vida de los pacientes. En este contexto, el hospital dispone de una consulta diaria --de lunes a viernes-- para el seguimiento de los pacientes trasplantados de riñón, que son atendidos aquí en acto único para limitar sus visitas al hospital --especialmente teniendo en cuenta que algunos se desplazan desde otras provincias--.

   Inmediatamente después de someterse a un trasplante renal, los pacientes se revisan con mucha frecuencia hasta que las visitas se van espaciando hasta los seis meses como máximo. El objetivo de esta atención continuada, en la que juega un papel clave la enfermería y donde se ofrece un trato muy personalizado, es controlar los niveles de fármacos para poder adelantarse a un posible rechazo del órgano o cualquier complicación que pueda surgir. A los pacientes también se les pueden resolver las dudas sin necesidad de acudir al hospital por medio de una consulta telefónica.

   Por otra parte, los especialistas llevan a cabo estudios pre-implante del órgano que permiten seleccionar aquellos injertos con mayor probabilidad de supervivencia y también confirmar que el riñón a trasplantar cumple con todos los criterios de calidad exigibles.

   Hasta hace unos años, se descartaban órganos de donantes mayores o con factores de riesgo sin conocer la severidad de las lesiones estructurales renales que mostraban y por este motivo no se implantaban riñones que ahora, y gracias a estos estudios, se sabe que son potencialmente viables.

   Por ello, la edad cronológica de los enfermos no es un impedimento para ofrecer a los pacientes tratamientos sustitutivos. La edad límite para dializarse o recibir un nuevo riñón se ha ido ampliando en los últimos años y, en la actualidad, muchos de estos pacientes superan los 70 años.

   Cabe destacar que ya han recibido un nuevo riñón en el Hospital Reina Sofía 30 personas de más de 70 años. Concretamente, entre las personas que se han trasplantado de riñón con más edad figura una mujer que recibió su nuevo órgano cuando tenía 78 años.

   Asimismo, profesionales de otros países, como es el caso de República Dominicana, han visitado recientemente el Hospital Reina Sofía para conocer en profundidad y exportar a su país el modelo de trasplante renal de donante cadáver del complejo sanitario cordobés.

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