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Murciano vuelve con 'Andarivel', su libro viajero y cancionero

El poemario está dedicado al recuerdo de su esposa, J.R.B., fallecida recientemente. El autor espera a recuperarse anímicamente para presentarlo en Arcos

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  • Murciano en su biblioteca. -

Con el todavía reciente luctuoso hecho del fallecimiento de JRB, como el autor llamaba a su esposa (Juana Rosado Barroso) tantas veces musa de su obra, en estos días de nuestra cada vez menos corta primavera andaluza vez la luz Andarivel (Canciones de andar y ver Iberia, 1950-2010), el nuevo poemario de Antonio Murciano (ed.Huerga Fierro, Madrid, 2013).


Como si de un pésame se tratara, amigos y colaboradores de siempre desfilan por este monumento construido con versos, para presentar sus respetos al admirado poeta de Arcos. La ilustración de portada es del peruano José de la Barra, la de la contraportada de su hermano Carlos, las de interior de Tosar Granados, Gerrero Malagón, Juan Valdés, del paisano José Manuel Durán, Felipe Baeza y Pepe Basto; las reproducciones fotográficas de Diego García Silva, el epílogo del poeta Manuel Ríos Ruiz, y el prólogo, El Prólogo del cada vez más imprescindible Pedro Sevilla. Una conjunción ciertamente previsible que tiene lo mismo de exquisita.


Con su alegre Andarivel, Murciano nos redescubre su lado viajero. Si viajar -hacer turismo que se dice ahora buscándole a la expresión su aspecto programado- es una de las mejores experiencias que se puede vivir, el autor inmortaliza aquí sus paseos por España y Portugal paseando de la mano de su amada, que en multitud de ocasiones recalaron en las ciudades místicas buscando seguramente una cierta espiritualidad, o el eterno objetivo del encuentro con la belleza. 



Si lo normal es retratar los viajes con una cámara de fotos o una película -algunos más agudos con los pinceles-, Antonio Murciano lo hace con la poesía, partiendo de un cuaderno de memoria desprovisto de apuntes geográficos, gastronómicos o, eso, turísticos, para anotar los datos sentimentales en su memoria y arrojarlos, ahora, de golpe y porrazo, casi como una obra definitiva que poéticamente describa la Iberia más profunda.


Andarivel está dedicado al recuerdo perenne de Juanichi, y se abre con una cita del mogareño universal Juan Ramón Jiménez: “¿Triste…?/ Soy un cementerio nuevo/ que ha estrenado esta tarde/ una mujer que ha muerto”.


En su prólogo, Pedro Sevilla nos desvela el término andarivel como palabra de origen catalán que expresa movimiento que el autor convierte en andariego…


Parece ciertamente mentira que este octogenario hombre de la calle Corredera ande aún de un sitio para otro ideando poemas que nos emocionen como siempre y, lo que es mejor, regalándonos a todos el torrente de su poesía brillante e inmaculada, como nuestra propia tierra.
El autor está a la espera de recuperarse anímicamente para presentar la obra debidamente ante el público arcense y en otros lugares, pero, ya se sabe, hay tragos muy difíciles de tragar...

“Un libro entrañable y cancionero”

Para el autor, Andarivel es “un libro entrañable, basado en canciones”, mientras ha recorrido España y Portugal como novio, marido y después como abuelo. “Las críticas que estoy recibiendo del libro son impresionantes. Ha gustado mucho sobre todo por su parte cancionera”,  a pesar de admitir que esa forma de hacer poesía “ahora no se lleva”. Pero a sus ochenta y pico poco parece importarle por dónde vayan los derroteros poéticos… En este sentido, cita a Juan Ramón Jiménez y a Antonio Machado como grandes cancioneros, a Federico García Lorca y a Rafael Alberti, a Rafael Montesinos y a él mismo como un cancionero “por cantidad más que por calidad”.
Antonio Murciano no quiere escoger una canción, que es como no querer escoger ningún viaje para guardarlo en el cajón del olvido. De todas las canciones, de todos los viajes, guarda un recuerdo inmortal, porque los hizo en los momentos más felices de su vida. He aquí, tal vez, un ejemplo más del eterno dilema, si es más fácil olvidarse de la felicidad que de la tragedia.

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