Desde que ambas empresas iniciaran los contactos, adelantados por Información Jerez hace ya varias semanas, el principal obstáculo era no sólo saber cuánto iba a cobrar Cojetusa por dejar la concesión del servicio de autobuses urbanos a Linesur, sino determinar cuál era la cuantía real de la deuda del Ayuntamiento, cómo se iba a valorar ésta y, sobre todo, a cobrar.
Al final, y tras varias semanas en las que se estuvieron analizando los balances de los últimos dos años, en una negociación en la que también ha tenido que intervenir el Ayuntamiento, Linesur ha aceptado la forma de pago que el propio Consistorio propuso a Cojetusa, y que ésta rechazó en su política de forzar el abandono de Jerez, lo que ha permitido desbloquear la negociación y que se haya alcanzado el acuerdo sobre la cuantía a abonar por la compra de la concesionaria.
Ahora, según las fuentes consultadas, todo está a la espera de los últimos retoques y de iniciar el proceso de traspaso de funciones y obligaciones que, se confía, sea lo más fácil posible, ya que la actitud mostrada en este último mes por Cojetusa, negándose a poner nada de dinero y manteniendo un serio pulso con el Ayuntamiento y con los trabajadores, también ha servido para enturbiar las negociaciones.
Y es que desde Linesur no se ha visto con buenos ojos que la operación se convirtiera únicamente en una operación ‘de rescate’ del servicio de autobuses, sino lo que realmente significaba, una apuesta de esta empresa por ampliar su negocio y entrar en un servicio, como es el de los autobuses urbanos, que entra dentro de los planes de expansión de la propia compañía.
Lo que sí parece confirmado es que, pese a todos estos problemas, los responsables de Linesur llegan con el convencimiento de que por delante van a tener un duro trabajo por afrontar, que además del pago de la compra van a tener que invertir en nuevos autobuses --de hecho ya han estado viendo qué modelos podrían recalar en la ciudad-- y que, sobre todo, su principal reto va a ser recuperar a los usuarios que se han ido perdiendo en los últimos años, en gran medida porque la calidad del servicio no era la exigida por los ciudadanos para una ciudad como Jerez.
Por su parte, desde el Ayuntamiento, se niegan a hablar de esta operación, salvo para reconocer que han planteado un sistema de pago de la deuda, hasta que no se cierre definitivamente.