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La calle Aurora es tomada por rumanos y gorrillas

Muchos conductores no quieren pagar por encontrar por sí solos un aparcamiento

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  • Muchos conductores no quieren pagar por encontrar por sí solos un aparcamiento -
  • Los ciudadanos solicitan una actuación urgente al equipo de Gobierno
  • Creen que es una imagen bastante desfavorable para la ciudad
Los trabajadores de las zonas cercanas a la calle Aurora y avenida de la Bajamar están sufriendo ahora, desde que ésta última tiene muchas más plazas de aparcamiento que antes, una situación que consideraban nunca iba a llegar a este espacio del centro.

Un par de rumanos se han instalado en el semáforo existente en el cruce entre Aurora y Valdés, solicitando unas monedas a cambio de limpiar el cristal del coche a los conductores que se ven obligados a esperar a que éste se ponga en verde. Y por otro lado, los gorrillas se han trasladado de las inmediaciones del Resbaladero y la plaza del Polvorista a estas dos vías, debido a que ahora hay mayor movimiento de vehículos que hace unos meses.


Los trabajadores no ven con buenos ojos este tipo de situaciones, puesto que consideran que “ya tenemos suficiente con dar varias vueltas a la manzana para pillar un aparcamiento, si no queremos entrar en el parking de Bajamar, como hago yo siempre que puedo, como para también tener que vernos obligados a pagar por el espacio que buscamos y encontramos nosotros más bien con sudor, porque aquí es una tarea complicada”, asegura una empleada de oficina. “Normalmente nos tenemos que venir casi una hora antes, entre los atascos que se forman en la entrada del centro y lo complicado de encontrar aparcamiento, como para que encima te bajes del coche y tengas que preparar unas monedas”, indica otro trabajador, en este caso del Ayuntamiento. “El hecho de que esta zona también se haya convertido en un espacio donde los gorrillas campan a sus anchas era cuestión de tiempo. Yo suelo venir mucho al Ayuntamiento a tramitar papeleo y documentos y pensé que en este aspecto era una zona virgen, a pesar de que tengo que dar muchas vueltas e incluso a veces aparco en la Casa del Mar, pero por lo menos tenía la satisfacción de que no tendría que pagar por encontrar un aparcamiento lejano al sitio al que acudo, pero ya ahora me parece una desfachatez tener que pagar”, indica un ciudadano que acude al Consistorio.

Responsabilidades

Por otro lado, son muchos los ciudadanos que se quejan también del hecho de que el Ayuntamiento deje que cada cual campe a sus anchas en la vía pública. A este medio le consta que hay muchos conductores que evitan algunos de los semáforos que son utilizados por ciudadanos de origen rumano para limpiar cristales, dícese el de la plaza de toros o el parque Europa, y ahora se encuentran un nuevo semáforo ocupado por estos ciudadanos. “No quiero discriminar a nadie, pero no me siento a gusto teniendo que decir constantemente que no quiero que me limpien los cristales cuando me pare en un semáforo. Muchas veces me violentan situaciones de este tipo”, confiesa un conductor.

Con todo, asegura la mayoría de los conductores que hace de Aurora su camino habitual que, no suelen ser personas agresivas, todo lo contrario, ya que se acercan con extremada educación a las personas que se paran en este cruce.

En general, es un inconveniente para muchos de los ciudadanos pero también entienden que “se tienen que ganar la vida como pueden, pero si todos hiciéramos lo mismo, no habría una esquina de la ciudad libre”, confirma otro usuario habitual de Aurora.

En general, los conductores sólo piden que el Ayuntamiento regule de alguna manera el hecho de que los gorrillas y los ciudadanos rumanos tomen las calles de la ciudad, primero porque no se da una buena imagen de la misma y segundo porque no es lógico que haya tanto pedigüeño por la localidad.

No pasa a ser un problema de seguridad, porque no son violentos ni exigen nada a cambio de sus servicios, pero en cambio hay muchas personas que sí se ven casi obligadas a pagarles por miedo quizás a que tomen represalias contra sus vehículos.

Por el momento, los gorrillas y los rumanos de la calle Aurora y avenida de la Bajamar no han ocasionado problemas de convivencia con los trabajadores de las oficinas cercanas o el Ayuntamiento, que es la entidad más cercana a este espacio, pero quieren que se tomen medidas con carácter a medio y largo plazo.

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