El II Foro del Aceite y la Aceituna de Mesa celebrado en la Fundación Cajasol sirvió para, una vez más, desterrar los falsos mitos que siguen sobrevolando el liderazgo mundial de España en producción del zumo de aceituna. Especialmente de la mano de las intervenciones de José Pont, consejero delegado de Borges y presidente de Asoliva (patronal de los exportadores españoles de aceite envasado), y de Gonzalo Guillén, consejero delegado de Acesur (con las marcas La Española o Coosur).
Para empezar, el falso mito de que el aceite se vende sobre todo a granel y sin valor. Pont recordó que Italia compra, de media anual los últimos ejercicios, medio millón de toneladas, un tercio del total. “Bendita Italia, que absorbe un tercio de nuestra producción. ¿Qué haríamos sin los italianos para vender nuestra producción. Lo que les pase a ellos nos afecta a nosotros”. Guillén añadió: “El mercado a granel es clave, no todo se puede vender embotellado”.
El presidente de Asoliva recordó además que, cuando se produjo la eclosión del cultivo de olivar en España hace dos décadas no se hizo una reflexión seria sobre si se tenía o no que disparar la producción. En definitiva, que el mercado a granel aporta valor al asegurar la salida de todo el volumen que produce España.
En segundo lugar, Pont desterró el mito de que no se vende embotellado. En 2015 fueron más de 200.000 toneladas las que se expidieron al mercado internacional embotelladas por parte de los socios de Asoliva (donde están todos los grandes grupos privados y cooperativos españoles). En 1993 eran 40.000.
Empate en EEUU
Además, el salto de calidad en toda la cadena de producción dado por España, y en especial en Andalucía, ha permitido que el aceite nacional sea más vendido fuera de los países de la UE desde la campaña 2008/2009. Y ello por dos motivos: primero, porque en mercados tradicionalmente dominados por Italia como el clave de EEUU, la exportación desde España igualó al italiano en 2015 por primera vez.
“Y ello pese a que partimos con la desventaja de más de un siglo de presencia del aceite italiano en EEUU, donde hay 600.000 restaurantes italianos frente a mil españoles”. Italia tiene también una posición de fuerza en Europa Central y Centroamérica (y el aceite portugués domina Brasil).
El segundo motivo es que en nuevos mercados clave como el de China o el de Japón, España arrasa. “En los nuevos mercados, donde partimos en igualdad de condiciones estamos claramente por encima”, señala Pont. Aunque puntualizó: “Ojo a lo que ocurre en países como Australia, donde el crecimiento de su producción propia producción ha hecho que se autoabastezca en un 75% de su consumo”.
Antonio Simoês, presidente del gigante portugués Sovena, añadió que, con la cultura de la fritura que hay en China, introducir el aceite de oliva como alternativa generaría unas oportunidades enormes. De todas formas, Pont llamó la atención sobre los vaivenes ocurridos en la exportación nacional los tres últimos años por la caída de la producción en España, que en la última campaña cayó el 53% hasta 800.000 toneladas. “Esto dificulta consolidar nuevos mercados”.
Mercado "básico" en España
Todos los ponentes -participaron además de los tres citados Antonio Gallego, de Migasa, y Luis Torres-Morente, de la granadina Maeva- coincidieron en cualquier caso en calificar de muy positivo que se esté extendiendo el cultivo de olivos en nuevos países. Este árbol se cultiva ya en 47 países, aunque once de ellos acaparan el 85% de la producción mundial, que en la campaña 2014/2015 fue de 2,4 millones de toneladas. El único de esos once que no está en la cuenca mediterránea es Argentina. La superficie cultivada supera ya las 11.000 millones de hectáreas en todo el mundo.
Gonzalo Guillén, consejero delegado de Acesur, resumió la situación del aceite que se vende en España definiendo el mercado con el acrónimo básico: Banalizado; con Ausencia de valor; Simple; Irreal e incontrolable; con Competencia feroz en precio; y aún así una Oportunidad, "porque como no lo hemos podido hacer peor, queda margen para mejorar". Guillén reiteró sus críticas a la venta de aceite bajo marca blanca, indiferenciada y que sólo compite en el precio final.
