La semana ha dejado aroma intenso a resaca, a reposicionamientos tácticos para la inminente nueva campaña, a reprobación parlamentaria a De Llera por decir en Onda Luz TV, que es aquí mismo, que “los jueces actúan como reyes de taifas” justo cuando todos valoran las sentencias según les viene sin entrar a valorar lo grave y verdad y que podría ser lo que dice el reprobado y lo relatado hace días en este espacio sin otro ánimo que evidenciar distancias, pero como la vida continúa y los jardines tras las lluvias y el sol florecen hermosos, acoto poda en aromática rosa roja que como flor es, con diferencia, la preferida por los insectos polinizadores más hábiles.
PSOE. Es muy posible que de lo que sea del Partido Socialista en un futuro próximo resulte de cómo gestione este difícil presente que tiene, uno de los más complicados de su historia porque nunca antes se vio en situación tan comprometida: pérdida de fuerza como referente en la izquierda, discurso político ambiguo a consecuencia de pactar con casi todos a casi cualquier precio, la peor situación electoral de su historia y que no logra remontar, según sondeos, a pesar de la crisis y de la corrupción ilimitada en el PP, liderazgo muy débil y pugna interna, selvática, por el control orgánico del partido que, salvo mayúscula sorpresa, derivará en congreso de ruptura tras las elecciones. Por tanto, de las cuatro fuerzas políticas que optan a las elecciones generales con opciones de formar gobierno el problema mayor, hoy, lo tienen Pedro Sánchez y el PSOE, por este orden.
Aunque de boca hacia fuera todos aseguran que el acuerdo del partido Podemos e IU no inquieta porque, aseguran, dos más dos nunca son cuatro y sondeos internos les dicen que el veinte por ciento, aproximado, de sus militancias no están de acuerdo con esta unión y que, de ellos, el cinco por ciento de los votantes de IU podrían elegir la papeleta del PSOE, resulta evidente que esta fusión en la izquierda es una amenaza en toda regla para el socialismo. Pensar otra cosa es no verlo con nitidez, resulta obvio que aunque juntos pierdan con respecto a lo que sumarían por separado, estarán cerca del PSOE, seguramente por debajo, pero mirándole a una pareja altura de ojos y sabiendo además que por ellos pasa el único camino posible para que Sánchez alcance gobierno y evite su muerte política. Pablo Iglesias ha tejido una perfecta tela de araña y Sánchez parece abocado a quedar atrapado en ella y aunque el PSOE nunca aceptará una vicepresidencia si queda por debajo es casi igual de malo que acepte un gobierno de coalición con el partido Podemos, las corrientes independentistas, Izquierda Unida y, como guinda, el viejo comunismo que en ella aún habita. Sería algo así como gobernar un castillo encarcelado en la torreta superior o, lo dicho, vivir atado a la tela de araña en espera de ser usado como comida.
Puede ser que el PP sume con Ciudadanos y ahí se acabe el debate, pero de lo contrario es muy posible que esta vez la vieja guardia que circula por la casa del pueblo obligue a su secretario general a dejar a Rajoy gobernar en minoría, que es lo que entienden a día de hoy que debería haber hecho para evitar una situación como la actual donde, con diferencia, el más al borde del precipicio es el PSOE.
Congresos. La única opción para que Pedro Sánchez logre revalidar la secretaria general es que cuando se celebre su congreso esté gobernando, ante lo cual pasa por alto las constantes humillaciones que le manda Iglesias al objeto de desestabilizarle como, esta misma semana, invitarle a ir de su mano al senado para evitar la mayoría absoluta ahí del PP, que parece repetirá. Sánchez sabe, además, que Susana Díaz se mueve ya solo en clave congresual, de hecho visita a representantes de agrupaciones no muy afines con una amabilidad tan apabullante que resulta evidente lo hace con trasfondo federal, o al menos lo dicen quienes bien la conocen. Porque Susana Díaz hay cosas que suma en su capítulo de por mejorar, como atacar de manera efectiva el terrible índice de desempleo en la comunidad, pero desde luego lo borda en cuanto a menearse en clave orgánica y manejar los hilos políticos de su organización. Se ha criado en esa cuna y, a la prueba está, camina decidida hacia la secretaría general federal en la idea de ser en cuatro años, o en dos, la próxima candidata del PSOE y, puede ser, presidenta del gobierno de España. Ahí es nada.
¿Andalucía? Salvo sorpresa mayúscula no prevista, lo probable es que de un modo u otro tras las elecciones del 26J se convoque congreso federal y Díaz se convierta en la secretaria general, manteniendo la presidencia de la Junta durante un tiempo. Tras lo cual tendrá que ceder la secretaría general de Andalucía, lo cual no significa que para el cargo designe a quien más tarde deba sucederla en la presidencia de la Junta. ¿Bicefalia?
Para secretario general de Andalucía voces expertas apuntan hacia Jaén, en concreto a la figura de Paco Reyes, presidente de la Diputación, secretario provincial allí, sucesor de Gaspar Zarrías en la tierra del olivo, con fuerte componente orgánico, amigo y muy cercano a Susana. Y no descartan una bicefalia, fórmula que nunca ha funcionado bien en el PSOE pero que cuadraría a la perfección con el modus operandi de la presidenta de la Junta que, de este modo, no cedería un ápice en su control de Andalucía si, además, al frente de la Junta colocase a alguien de adn susanista como, por ejemplo, el consejero de Turismo, Francisco Javier Fernández, que actúa estos días como quien sabe que debe ganarse el gracejo de todos y, para ello, tiene un arma potente en sus manos como es el escaparate de Turismo, con enorme potencial visual y económico. Con Paco y Javier al frente, Díaz se iría a Madrid con las llaves de Andalucía en su bolso de mano. Feliz. En su mente puede que lo tenga organizado de otro modo, pero lo que sí está claro es que a estas alturas lo tiene muy avanzado, planificado por capítulos y nadie en su entorno se atreve a preguntarlo, de hecho no es tema de debate entre los ocho secretarios provinciales que, llegados a este punto, cierran el pico porque es asunto tabú.
Como lo es para el vicepresidente de la Junta, Manuel Jiménez Barrios, a quienes mucho apuntan también como posible sucesor y que él, es evidente, admite como idea posible cuando a solas medita en ello, jamás en público. Hacerlo sería muy arriesgado; en todo caso, a diferencia de otras épocas, llama la atención como el socialismo andaluz actual está falto de pesos pesados que, llegado el caso, opositen, debatan, impongan territorios, lo que venían siendo las tradicionales broncas internas por el poder que hoy parecen formar parte del pasado de un partido distinto, tal vez mejor. O no. Quizás también consecuencia de que la política en la actualidad es un negocio arriesgado y ello deriva en un descenso notable en todos sus niveles.
La rosa roja es el símbolo del amor pasional, del deseo carnal, más de cien especies dan su aroma para perfumería y cosmética, siendo el rosal planta destacada en cualquier jardín. Esta flor sublime, perfecta cuando abre pétalos al prieto sol de primavera, se rodea de puño para representar un concepto político e ideológico imprescindible y grabado en la memoria democrática de España, que hoy parece haber perdido el tú a tú directo con la gente. Vive en gran medida del discurso que alienta el voto histórico de quienes jamás elegirán otra papeleta porque morirán con la rosa tatuada y eso es, además de muchas cosas, hermoso. Pero lo único cierto es que tras la vida está la muerte y que las nuevas generaciones de votantes no conocen otras guerras que las de a diario en videoconsolas.
Bomarzo
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