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Siete pianos de cola llevan música espontánea a las calles de Sevilla

Siete pianos de cola, algunos de ellos valorados en más de 150.000 euros, se reparten este jueves por otros tantos puntos estratégicos de la ciudad de Sevilla, en una insólita iniciativa en la que han participado muchos músicos espontáneos y alumnos del conservatorio

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  • Uno de los pianos -

Siete pianos de cola, algunos de ellos valorados en más de 150.000 euros, se reparten este jueves por otros tantos puntos estratégicos de la ciudad de Sevilla, en una insólita iniciativa en la que han participado muchos músicos espontáneos y alumnos del conservatorio.

Se trata de la jornada 'Sevilla se llena de pianos', organizada por el Concurso Internacional de Música María Canals y la Fundación Jesús Serra, una actividad enmarcada en las acciones de sensibilización del reconocimiento de la capital andaluza como primera Ciudad Creativa desde 2006 en la categoría de Música por parte de la Unesco.

Sevilla es la cuarta ciudad en la que se lleva a cabo esta idea, tras Barcelona, Madrid y Bilbao, pero el apoyo que hoy está teniendo es algo que supera a las anteriores, según ha explicado a Efe Laura Halpern, en nombre de la fundación que patrocina esta iniciativa, cuya historia está ligada con la personalidad de su abuelo, fundador en su día del grupo Catalana Occidente.


Jesús Sierra, según su nieta, "era un hombre muy preocupado por temas como el deporte o la cultura, y en su día surgió la idea de patrocinar el concurso, y de ahí surgió esta iniciativa, que pretende acercar el piano a todos los públicos".

Halpern admite que al piano se le ve todavía como un instrumento elitista, y actividades como la de hoy ayudan a que el público lo conozca más de cerca, "y al final de lo que se trata es de acercar la música a la gente".

En la plaza en la que se encuentra la portavoz de la fundación no se han dejado de vivir momentos emotivos durante toda la mañana, desde que poco después de las 11:00 horas se sentase al piano la concertista catalana Cristina Rabell, que ha declarado oficialmente inaugurado ese piano en concreto, lo mismo que, al unísono, se llevaba a cabo en otros seis puntos de la ciudad.

Pero la jornada no se ha nutrido solo de pianistas, con más o menos nivel, ya que músicos como el sevillano Pablo Ramírez se han acercado también a los pianos, en su caso con su compañero pianista Carlos Caliani, y han interpretado a dúo una pieza ante las más de 200 personas que hacían cola o asistían como público a la actividad.

"Es algo increíble, pero no debería ser raro, sino lo normal, que haya en la calle un piano. Más aún, tendría que haber un piano en cada calle de España y tocar con alguien que no conoces de nada", ha explicado el violinista a Efe, entusiasmado con la actividad, de la que, asegura, "hace tiempo que en Sevilla no se veía algo tan original".

Los pianos se han colocado en la Puerta de Jerez, el Teatro La Maestranza, la Plaza Nueva, la calle O'Donnell, la calle Velázquez, la Plaza de la Encarnación, la Plaza Jesús de la Pasión y la Plaza de la Pescadería, a donde podrá acudir cualquier persona a tocarlos hasta las 20:00 horas.

Las anécdotas se han ido repitiendo durante toda la mañana, como en Puerta de Jerez, donde una mujer bailaba la sintonía que su pareja tocaba, o la presencia de niños de 4 años que han aprovechado un descanso en las clases para acercarse con sus padres al piano y hacer sus pinitos.

"La acogida es muy buena en todos los sitios, pero Sevilla sorprende por el apoyo de todo el mundo para que esto se haga", subraya Laura Halpern, que destaca cómo, para los turistas, los pianos son hoy un atractivo más de la ciudad.

Terminada la jornada, los pianos serán trasladados con mimo a sus sedes en Madrid y Barcelona, para volver a las calles de una ciudad, en concreto a la capital madrileña, el próximo 14 de octubre, y volver a ponerse en manos de cualquier viandante que quiera participar activamente en esta idea.

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