“La política es el arte de buscar problemas, encontrarlos, hacer un diagnóstico falso y aplicar después los remedios equivocados”. Marx, Groucho.
Arrancó el curso. Ultimados los preparativos, afilados lápices, forrados libros y cuadernos, incluso con corte de pelo con cierto aire otoñal, el mundo político ha regresado al escenario porque el calendario avisa cita en Cataluña, primero, pero sobre todo alerta ante unas elecciones generales a finales de año que pueden tener efectos colaterales en ámbitos autonómicos e, incluso, locales. Y hay que hacer listas y, como en toda cola que se precie, hay codazos, intrusos, cueles y un alguien que dispone orden; no sé por qué llegado a este punto me asalta la imagen de Bill Murray atrapado en el día de la marmota, Estado de Pensilvania.
Junta. El regreso de Susana Díaz marca el cambio de ritmo. La presidenta, que demuestra tenerlo todo tan medido como para estar 45 días de baja maternal y regresar en campaña catalana, se topa de entrada con el feo asunto de la formación y esa petición, de corte electoral, hecha por Ciudadanos para que comparezca ante la comisión de investigación formada por los grupos de la oposición y presidida por Juan Marín. Y no quiere porque dice que ella llegó al gobierno en mayo de 2012 y la época que se investiga es de 2002 a 2011, cuando Chaves y Griñán, gente a la que ya casi nadie por San Telmo pone cara. ¿De qué partido, agrupación, familia o religión eran? Insta al PP a que ponga el mismo empeño en Galicia y Valencia, comunidades donde también se apuntan graves irregularidades y el PP, mientras, a lo suyo, que todavía nadie ha averiguado qué es; despiste propio para confundir al adversario, debe ser la táctica.
Susana Díaz avisa a Ciudadanos, sobre todo a Marín, que está deseando tener un despacho más grande con vistas al río o a un jardín chulo y no como el que tenía en Fomento en Sanlúcar, de que con ellos tiene un pacto de investidura y no de gobernabilidad, lo que significa que es libre y puede elegir a otro. Los presupuestos próximos serán el asunto del otoño para el Parlamento, cruciales y el gobierno andaluz los afronta, por primera vez, en minoría frente a un grueso de formaciones políticas con ánimo de revancha y solo Ciudadanos parece a tiro, pero cerca están Podemos e IU. Albert Rivera, no obstante, no hará nada ahora que tizne su rostro hasta, al menos, hayan pasado las elecciones generales. Mientras, Díaz deberá manejarse con cuidado, veremos si con la paciencia maternal recientemente adquirida o con ese ímpetu que distinguió su trianero taconeo por el frío mármol de San Vicente.
PSOE de Cádiz. El PSOE es un partido familiar; tiene diferentes familias. Está en su genética. Ser de una familia significa no ser de otra, salvo para quienes han desarrollado la sutil habilidad de manejarse en las fronteras y no caer bajo el fuego cruzado. La integración de los consorcios de FP y, de ello, de la escuela de hostelería de Cádiz en el SAE, las declaraciones anteriores realizadas por la presidenta de Diputación, Irene García, sobre la conveniencia de fusionar ambas escuelas y crear una más potente, con mayor capacidad formativa, ahorrando costes, de lo cual casi todo el mundo está de acuerdo porque es de lógica, la rectificación sobre la idea posterior hecha por el Delegado del Gobierno, Fernando López Gil, ante la postura política que ya había tomado la Junta sobre los consorcios, el silencio paralelo del Vicepresidente de la Junta y presidente del partido en Cádiz, Manuel Jiménez Barrios, se podría interpretar en su conjunto como el inicio de hostilidades ante un escenario político provincial nuevo, al margen del conflicto en sí en torno a la citada escuela –y de ahí la frase de Marx, Groucho, que ilustra el inicio…-. El año que viene hay congresos en el PSOE para, en principio, reelegir a la secretaria general, Irene García, en función de la posición que adopten las agrupaciones locales –de nuevo, Bill Murray, día de la marmota, Estado de Pensilvania…-. Por cierto, Ruiz Boix, alcalde de San Roque, defenderá en Pleno de Diputación la posición del PSOE ante la llegada masiva de refugiados y, se rumorea con expectación, que permitirá libre asistencia con móviles para quien quiera grabar su alocución -y que tome nota el juez que le ha imputado...-.
¿Agrupaciones? La de Jerez, una de las más grandes, está sumida en un profundo concepto familiar. Dos familias. Mamen Sánchez intenta ganarse a los que no son de la suya, tres, progresa adecuadamente en algún caso, menos quizás en sus relaciones exteriores, donde todos la miran con recelo como solo lo hace quien sabe que le van a pedir dinero, que es para pagar las nóminas de septiembre, octubre, noviembre… Sabe, en todo caso, que no habrá moción de censura, como tampoco la habrá en Cádiz o en otros sitios, porque ni aún ardiendo el ayuntamiento por impagos la oposición le devolvería el gobierno al PP; es más, lo normal es que tras las generales IU entre en el gobierno, incluso Ganemos podría hacerlo una vez acabado el ciclo electoral y, visto el resultado, decidan qué ser de mayores. Sánchez, por otra parte y tal vez atendiendo una reclamación judicial, tal vez también para dotarse de mejor luminosidad interna, estudie renovar determinado cuerpo nacional…
Inteligencia artificial. El campo del software, la robótica y el estudio e investigación de nuevas aplicaciones que impulsen el desarrollo de nuestras vidas se ha convertido en un elemento de actualidad hasta el punto de que un tal Cheok ha desarrollado un sistema llamado Kissinger que permite dar besos a distancia con sensación física gracias a un set de labios sensibles que transmiten el beso desde una boca real a la de alguien que disponga de esta aplicación. El último se ha diseñado para smartphones y se cree que estará disponible este 2015. Todo ello como avance a los robots sexuales, un negocio en expansión. ¿Robots sexuales? De entre 5 y 25 mil dólares, con pelo natural, piel, orificios todos y permanente disponibilidad; al menos a mí me da susto eso de entrar en tu dormitorio y que un androide en tanga te espere sentado en la silla de la esquina mientras una lucecita roja le parpadea en a saber dónde.
Días y noches. Lo decía Sabina, lo nuestro duró “lo que duran dos peces de hielo en un güisqui on the roks”. Se cumplen los cien días de cortesía desde la constitución de los ayuntamientos y es momento de balances, de críticas, de aplausos o de pitos; alguna luz, pero mucha sombra. Cien días, pero quinientas noches. No sé, pero casi preferiría androides políticos, sin tangas, imposibilitados a mentir por sistema operativo. En resumen, qué frágil es la memoria política, qué fácil resulta la oratoria y qué difícil es gobernar, recortar, despedir, ajustar, gestionar, pagar, generar... Y eso que los ciudadanos, benditos, apenas si se quejan por lo acostumbrados que están.
Bomarzo