Tiempo de paz, tiempo de amor. Son estas fechas que tienen esos buenos deseos. En estos días saludamos y felicitamos porque es la Navidad, el nacimiento de Jesucristo, y desde entonces empieza un nuevo calendario, antes de Cristo y después de Cristo; y esto es lo mismo para creyentes que para ateos, de ahí la importancia de la festividad, el reconocimiento al acontecer más grande, a mi parecer, de la historia de la humanidad, alfa y omega, principio y fin.
Después de este preámbulo, quiero expresar a todo los portuenses mis mejores deseos de felicidad, paz y bienestar. Que los parados encuentren un trabajo digno, que nadie en ningún sitio del mundo pase hambre y que no haya niño que se quede sin juguetes. +
A nuestro alcalde, mis más sinceras felicitaciones, extensibles a toda la corporación municipal, funcionarios y obreros, además de hacerle, cariñosamente, una recomendación.
Dígales a los reyes magos que le renueve a alguno de los miembros de su plantilla de cara a las próximas elecciones ya que he podido contrastar el poco “alfonsismo” que existe entre varios de sus componentes. He pensado muchas veces que la última N de su apellido, debería cambiarla por una R, ya que usted representa la sencillez y la pureza de ánimo, y dicho vocablo significa CANDOR.
De vez en cuando hay que dar un puñetazo en la mesa para poner orden. Recuerde que todo lo malo y todo lo bueno que haga su equipo de gobierno, el pueblo se lo adjudicará a usted, aunque no haya participado en su gestión. Con los políticos hay que ser bueno en la forma y listo en el fondo.