La Semana Santa del pasado, esa de la que tenemos conocimiento gracias al impagable trabajo de los historiadores, debió ser muy similar a la jornada cofradiera de ayer. Huérfana de Carrera Oficial y por tanto también de puntos de referencia en los itinerarios de sus cofradías. Con cortejos nazarenos recorriendo el entorno de sus parroquias y escasa conexión entre ellos.
La Semana Santa se inició a las seis de la tarde de ayer en la parroquia de Fátima. La Hermandad de Nuestro Padre Jesús de la Paz fue la encargada de poner en la calle a los primeros tramos de nazarenos. La cofradía se está confirmando ya como una clara realidad, a lo que está contribuyendo en buena medida el respaldo de los vecinos de La Constancia y la barriada España. La masiva presencia de jerezanos en el entorno de la parroquia de Fátima no es sino el reconocimiento al trabajo de estos cofrades.
El paso de misterio estrenó ayer la talla del frontal de la canastilla, un trabajo que ha sido realizado por Antonio Ibáñez. Además, la hermandad ha empezado ya a consolidar su altar de insignias, después de que en años anteriores fuera necesario recurrir a la solidaridad de otras cofradías, que cedieron algunos de sus enseres. En esta ocasión se ha estrenado la cruz de guía y el libro de reglas, así como una pértiga y dos faroles. Los trabajos han sido realizados en Orfebrería Maestrante.
El único paso de la cofradía calza 40 costaleros, comandados un año más por Jesús Caro Barea. El canasto fue exornado con claveles rojos. La Agrupación Musical Virgen de Valme, de Dos Hermanas, repitió en la trasera del paso, escoltado por los bomberos del Parque de Jerez, con quien la hermandad mantiene lazos fraternales. El paso de misterio plasma el momento en el que Jesús es despreciado por el pueblo una vez que Pilato lo entrega. El grupo escultórico, estrenado el pasado año, es de Manuel Téllez Berraquero.
La Hermandad de la Paz hizo su estación de penitencia en la iglesia conventual de Capuchinos, donde se vivieron momentos de especial emotividad, para posteriormente iniciar su regreso a su templo acompañado de un nutrido grupo de cofrades y vecinos de La Constancia.
La Hermandad del Santísimo Cristo de la Humildad y Paciencia inició su salida procesional pasadas las nueve de la noche, coincidiendo precisamente con la llegada del Señor de la Paz a Capuchinos. Ha tenido que ser la Santa Iglesia Catedral la que haya dado cobijo a una cofradía a la que negaron su salida desde las iglesias de la Santísima Trinidad y Los Remedios.
El de ayer fue sin duda un día histórico para estos cofrades, que por primera vez se revistieron del hábito nazareno. Jerez estrenó así una nueva túnica, de cola y en color blanco marfil, con escapulario y antifaz de idéntica tonalidad. Sobre el pecho, el escudo de la hermandad.
Alrededor de 40 cofrades pueden presumir de haber sido los primeros en vestir este nuevo hábito nazareno, cuya belleza destacó aún más si cabe en el entorno de la parroquia de San Miguel, templo en el que se efectuó la estación de penitencia.
La cuadrilla de costaleros fue comandada por Ramón Gaitero. Ante el Cristo de la Humildad y Paciencia, una capilla musical se encargó de otorgar la solemnidad que precisa el momento en el que Jesús, sedente, medita sobre la pasión poco antes de ser crucificado.
Además de la túnica nazarena, el cortejo estrenó una bandera plegada a modo de bacalao con el escudo de la corporación sobre terciopelo añil, así como el libro de reglas. En el monte sobre el que se alza la imagen del Cristo de la Humildad y Paciencia, una túnica y un cáliz. Esta última pieza también fue estrenada ayer. El Señor sedente se alzó sobre un verde césped, salpicado con algunas calas que otorgaban gran personalidad al conjunto.
El Sábado de Pasión contó con otras presencias cofradieras en las calles. Entre la salida de La Paz y Humildad y Paciencia, hubo tiempo suficiente para acercarse a algunos de los barrios de la ciudad en los que afloran nuevas asociaciones parroquiales.
El Señor de la Salud de la parroquia de San Rafael, en Federico Mayo, inició su recorrido por las calles de la zona sur a las seis y media de la tarde. El nazareno que tallara Miguel Ángel Segura fue seguido por numerosos vecinos de una feligresía que está viviendo en primera persona los efectos de la crisis económica y que sabe que siempre ha encontrado respuesta en su parroquia. La Agrupación Musical de la Sentencia fue la encargada de anunciar la presencia de Cristo en Federico Mayo y su entorno.
A las siete de la tarde inició su salida procesional la asociación parroquial de la Pasión, radicada en la iglesia de los Dolores, junto al Parque Atlántico, que fue acompañada por su propia agrupación musical. A esa misma hora inició su vía crucis por las calles de Guadalcacín el Señor de la Entrega, un magnífico nazareno salido de las gubias de José Antonio Navarro Arteaga. Le acompañó la Agrupación Musical Nuestra Señora de la Fuensanta, de Morón.
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