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Trópico de letras

El nuevo emperador Maximus

Trump se cree un líder ungido por Dios, pero ¿es la voluntad de Dios eliminar a los gazatíes, o eso tiene un nombre, “genocidio”?

Publicado: 16/02/2025 ·
10:21
· Actualizado: 16/02/2025 · 10:21
  • El presidente de EEUU, Donald Trump. -
Autor

Mari Loli Romero López

Maestra y escritora. Colaboradora en revistas internacionales. Dos libros publicados y cinco pendientes de publicación

Trópico de letras

Este blog trata de opiniones diversas sobre un mundo diverso

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¿Que soy antiimperialista? Sí, lo soy, clara y abiertamente. Pero no sólo estoy en contra de este último imperio hegemón que es EEUU, sino de todos los que han existido y existirán a lo largo de la historia. La mayoría de las personas sabemos cuáles han sido, incluido el nuestro, el imperio español, ese sobre el que nunca se ponía el sol...Y también sabemos qué se hace para llegar a serlo.

¿Sobre qué tema escribiré para el próximo número del Viva Barbate? Me preguntaba una y otra vez. Mi pensamiento se dirigía siempre al mismo tema: “Donald Trump y su ansia de poder y despotismo”. Sí, me respondía a mí misma, pero está tan trillado el tema, que qué vas a decir nuevo de este personaje que no se haya dicho ya en los medios de comunicación convencionales. Hasta en Facebook leí comentarios de un actor de cine,  Robert de Niro, con los que lo tachaba de malvado, de gánster, de no tener un código moral ni ético, sin sentido del bien y del mal. Pero no, no todo se dice en estos medios de comunicación.

Al final me decidí. Y aquí tenemos al recién elegido emperador “maximus”, Donald Trump, endureciendo su política hacia el resto del mundo y dentro de su mismo país. Decretos y acciones para asegurar la frontera; reformar la política migratoria; deportación de inmigrantes a cárceles de su territorio militar en Guantánamo; acabar con las políticas de inclusión y diversidad,  no al género distinto del masculino o femenino; imposición de aranceles a ciertos países; retirada de la OMS; volver a establecer la pena de muerte; proteger al pueblo estadounidense de la invasión (¿no son ellos los que invaden?); liberar el extraordinario potencial de los recursos de Alaska; proteger a EEUU de terroristas extranjeros y otras amenazas a la seguridad nacional y la seguridad pública; defender a las mujeres del extremismo de la ideología de género y restaurar la verdad biológica en el gobierno federal; está eliminando informes y datos gubernamentales sobre el cambio climático, pretendiendo retirarse del Acuerdo Climático de París; sanciona a funcionarios que trabajan en la Corte Penal Internacional que dictó orden de arresto contra Benjamín Netanyahu por crímenes de guerra en Gaza; convertir Canadá en el estado número 51, además de la anexión de Groenlandia y el Canal de Panamá; tiene la intención de construir resorts de lujo en la costa de una Gaza despoblada, bajo su control...Trump se cree un líder ungido por Dios, pero ¿es la voluntad de Dios eliminar a los gazatíes, o eso tiene un nombre, “genocidio”? Me quedo corta, hay muchas más medidas y maldades. Se puede ver con claridad que es todo un programa filofascista de un burgués que está en manos de poderosos banqueros, de financiadores multimillonarios y capitalistas sionistas (está al servicio del sionismo y no el sionismo al servicio del sistema estadounidense).


Se dirige con dureza hacia América Latina, enviando a Marco Rubio, Secretario de Estado, a hacer un periplo por la región, con amenazas y presiones, empezando por Panamá, queriendo adueñarse del Canal (su presidente cedió a las amenazas imperialistas y canceló el acuerdo de la Ruta de la Seda e igualmente, se comprometió a deportar inmigrantes y a dejar el paso libre a los buques de guerra estadounidenses). A Venezuela se ha dirigido también para asfixiarlo aún más y tenerlo subordinado, está claro por qué: tiene enormes reservas petrolíferas y no se deja subordinar. A Nicaragua y a Cuba los tacha de enemigos de la humanidad y de que son culpables de crear crisis migratorias.

Enemigos de la humanidad son ellos, los imperialistas estadounidenses, con su hambre de expansión y su propósito de dominar y gobernar al mundo. Y, sí, es cierto que a América Latina y al mundo, en general, les esperan años duros  de enfrentamientos con un imperio que lucha por preservar su debilitada hegemonía y que más tarde o más temprano tendrá que ceder el poder y el espacio a la mayoría de los pueblos del planeta.

El "todopoderoso" Trump declara que el componente principal y central de su política exterior va a ser "el de la paz a través de la guerra". Y lo está demostrando y expresa sus intenciones con un lenguaje claro, sin disfraces de ningún tipo y sin pelos en la lengua; es franco, lo dice y lo hace.

Y con ese lenguaje transparente y agresivo desata el chantaje declarando sus imposiciones arancelarias a México (25%), a China (10%) y a Canadá (otro 25%), si no son cumplidos sus deseos. Es evidente, que con estas imposiciones arancelarias lo que pretende es reducir la voluminosa deuda externa, que asciende ya a 36 billones de dólares.

Concluyendo y sin expresar todo lo que quiero, en realidad pienso que, Donald Trump y los que lo manejan como su marioneta que es, están ciegos  y no se dan cuenta de que todo imperio tiene un principio y un final. Y éste comenzó a declinar en el año 2003 cuando invadió Irak. 

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