Oro, plata y bronce para cortar el mal rollo
El oro de Manuel Olmedo, la plata de Ruth Beitia y el bronce de Kevin López en la última jornada de los Europeos en pista cubierta.
El oro de Manuel Olmedo, la plata de Ruth Beitia y el bronce de Kevin López en la última jornada de los Europeos en pista cubierta cortaron de raíz el conato de incendio que amenazaba con devorar por dentro al equipo español, dividido por la Operación Galgo.
El gran triunfo del sevillano en la final de 1.500 fue el momento cumbre del atletismo español en el Omnisports de París-Bercy. España conquistaba su séptimo título europeo en una prueba que le viene como anillo al dedo y en la que puede presumir de ser la primera potencia continental.
Un atleta en plena madurez (Olmedo), dos veteranas (Nuria Fernández y Ruth Beitia) y un novato (Kevin López) permitieron al equipo español ganar cuatro puestos en el medallero con respecto a Turín 2009. Los mismos once finalistas y una medalla menos en total, pero el oro de 1.500 compensaba sobradamente la pérdida numérica.
Esta vez no fue la prensa la que atizó la polémica, que parecía haberse asolado con el tiempo. Fueron los propios atletas los que avivaron el fuego con sus declaraciones públicas.
La llama prendió el sábado. La primera medalla española se resistía a caer. El equipo había fallado varios cartuchos (Jesús España en 3.000, Felipe Vivancos en vallas, Eusebio Cáceres y Luis Felipe Méliz en longitud) y tuvo que ser la última en incorporarse, Nuria Fernández, la que sacara las castañas del fuego con su medalla de plata en 1.500.
En la zona mixta, donde los atletas atienden a la prensa cuando terminan de competir, Isabel Macías, tras romper en llanto por un quinto puesto que le supo a poco, reveló que Nuria le había negado el saludo tanto en semifinales como en la final, cuando se disponía a felicitarla.
"Quiero felicitarla ahora públicamente, ya que no me ha aceptado la felicitación en la pista. Me ha girado la cabeza. Y lo digo con nombres y apellidos para que a partir de ahora no me hable con motivos. Para mí, es como si la medalla la hubiera ganado una extranjera", dijo.
Palabras durísimas de la novia de Luis Alberto Marco, adscrita, como él, al grupo de atletas partidarios de boicotear a quienes se han visto de alguna forma relacionados con las supuestas prácticas de dopaje aireadas en el sumario de la Operación Galgo.
Nuria no quiso entrar al trapo. "Yo hablo a quien me habla. Me encuentro en una situación desagradable y tengo que ser discreta. No tengo nada contra nadie. Son ellos los que han ido a por mí", manifestó la atleta madrileña, boicoteada, en enero pasado, en la Gala de la Federación Española que la proclamó mejor atleta del año por su título europeo en Barcelona.
Que fuera precisamente Nuria la que puso a España en el medallero, cuando no había hecho pista cubierta y se presentaba a última hora en París sin descansar, habiendo conquistado sólo seis días antes el título nacional de cross, causó sorpresa a Macías, quien, no obstante, declaró que su plata era "para quitarse el sombrero".
Para colmo de casualidades, los tres atletas más críticos hacia Nuria y los discípulos de Manuel Pascua (imputado en la Operación Galgo) se vieron condenados a un fatídico quinto puesto: Jesús España en 3.000, Macías en 1.500 y Marco en 800. Este último, tras ser derribado en plena final cuando parecía en situación idónea para atacar las medallas.
La sombra de la Operación Galgo sobrevoló el palacio Omnisports durante toda la jornada, ya que el portugués Francis Obikwelu, campeón de 60 lisos, se entrenaba con la mujer de Pascua (Meri Martínez), y Olmedo declaró sin ambages que su ídolo siempre ha sido Reyes Estévez, otro miembro del grupo de Pascua.
El equipo español regresa a casa con una sensación extraña y en un ambiente enrarecido. El próximo día 20 será el turno de los corredores de cross en el Mundial de Punta Umbría (Huelva), y allí, en la selección española, volverá a estar Nuria junto a uno de los que promovieron el boicot en la Gala, esta vez Arturo Casado.
El gran triunfo del sevillano en la final de 1.500 fue el momento cumbre del atletismo español en el Omnisports de París-Bercy. España conquistaba su séptimo título europeo en una prueba que le viene como anillo al dedo y en la que puede presumir de ser la primera potencia continental.
Un atleta en plena madurez (Olmedo), dos veteranas (Nuria Fernández y Ruth Beitia) y un novato (Kevin López) permitieron al equipo español ganar cuatro puestos en el medallero con respecto a Turín 2009. Los mismos once finalistas y una medalla menos en total, pero el oro de 1.500 compensaba sobradamente la pérdida numérica.
Esta vez no fue la prensa la que atizó la polémica, que parecía haberse asolado con el tiempo. Fueron los propios atletas los que avivaron el fuego con sus declaraciones públicas.
La llama prendió el sábado. La primera medalla española se resistía a caer. El equipo había fallado varios cartuchos (Jesús España en 3.000, Felipe Vivancos en vallas, Eusebio Cáceres y Luis Felipe Méliz en longitud) y tuvo que ser la última en incorporarse, Nuria Fernández, la que sacara las castañas del fuego con su medalla de plata en 1.500.
En la zona mixta, donde los atletas atienden a la prensa cuando terminan de competir, Isabel Macías, tras romper en llanto por un quinto puesto que le supo a poco, reveló que Nuria le había negado el saludo tanto en semifinales como en la final, cuando se disponía a felicitarla.
"Quiero felicitarla ahora públicamente, ya que no me ha aceptado la felicitación en la pista. Me ha girado la cabeza. Y lo digo con nombres y apellidos para que a partir de ahora no me hable con motivos. Para mí, es como si la medalla la hubiera ganado una extranjera", dijo.
Palabras durísimas de la novia de Luis Alberto Marco, adscrita, como él, al grupo de atletas partidarios de boicotear a quienes se han visto de alguna forma relacionados con las supuestas prácticas de dopaje aireadas en el sumario de la Operación Galgo.
Nuria no quiso entrar al trapo. "Yo hablo a quien me habla. Me encuentro en una situación desagradable y tengo que ser discreta. No tengo nada contra nadie. Son ellos los que han ido a por mí", manifestó la atleta madrileña, boicoteada, en enero pasado, en la Gala de la Federación Española que la proclamó mejor atleta del año por su título europeo en Barcelona.
Que fuera precisamente Nuria la que puso a España en el medallero, cuando no había hecho pista cubierta y se presentaba a última hora en París sin descansar, habiendo conquistado sólo seis días antes el título nacional de cross, causó sorpresa a Macías, quien, no obstante, declaró que su plata era "para quitarse el sombrero".
Para colmo de casualidades, los tres atletas más críticos hacia Nuria y los discípulos de Manuel Pascua (imputado en la Operación Galgo) se vieron condenados a un fatídico quinto puesto: Jesús España en 3.000, Macías en 1.500 y Marco en 800. Este último, tras ser derribado en plena final cuando parecía en situación idónea para atacar las medallas.
La sombra de la Operación Galgo sobrevoló el palacio Omnisports durante toda la jornada, ya que el portugués Francis Obikwelu, campeón de 60 lisos, se entrenaba con la mujer de Pascua (Meri Martínez), y Olmedo declaró sin ambages que su ídolo siempre ha sido Reyes Estévez, otro miembro del grupo de Pascua.
El equipo español regresa a casa con una sensación extraña y en un ambiente enrarecido. El próximo día 20 será el turno de los corredores de cross en el Mundial de Punta Umbría (Huelva), y allí, en la selección española, volverá a estar Nuria junto a uno de los que promovieron el boicot en la Gala, esta vez Arturo Casado.
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