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Sábado 18/05/2024  

Inician los trámites para reabrir el Club de Fumadores

La Junta de Andalucía clausuró el local por no cumplir con los requisitos legales

  • Esperan la reapertura del club -
Tan sólo un mes después de su apertura, la Junta de Andalucía ha clausurado el Club de Fumadores que se había constituido en Arcos. Según Antonio Roldán, propietario del local y presidente del club, el problema es el uso que hasta ahora se le había dado a dicho local, integrado en un bar de su propiedad y destinado a las actividades propias de un negocio de restauración.

La propia Ley Antitabaco, que entró en vigor el pasado 2 de enero, establece que un club de fumadores no puede incluir entre sus actividades la comercialización o compraventa de bienes o productos consumibles. Este local esta comunicado con el bar y en eso se ha basado la Junta de Andalucía para clausurarlo después de una inspección rutinaria, a pesar de que son los propios socios los que llevan la comida y la bebida al local y hasta tienen pensado colocar una pequeña barra para servirse ellos mismos.

La única opción para reabrir el Club de Fumadores es segregar este local del bar anexo, por lo que Antonio ya ha iniciado los trámites pertinentes en el Ayuntamiento de la localidad. El problema es que un caso como este nunca se había dado antes en el municipio y los técnicos municipales no saben muy bien cómo actuar, “nos han dicho que van a estudiar el tema para ver qué se puede hacer”. Lo cierto es que el club está clausurado y no hay fecha para su reapertura, “dicen que nos llamarán cuando tengan una solución”, pero ni Antonio ni el resto socios piensa desistir en su idea de contar con un local donde poder pasar su tiempo libre y charlas con los amigos mientras se fuman un cigarrillo.

Además, deberán sellar las dos puertas que unen ambos locales para que el club pueda volver a abrirse, “ahora estamos a la espera pero no queremos cruzarnos de brazos. Esperaremos una solución porque hasta que no nos den una respuesta no podemos pensar en otra cosa”.

Desde su puesta en marcha, el club, situado en la barriada María Auxiliadora, ha ido sumando seguidores y en esto momento cuenta con una treintena de socios. Las expectativas eran muy buenas, “ha tenido buena acogida y esperábamos que en verano la cosa fuera a más”. El único requisito para formar parte del club era hacerse socio y pagar una cuota de dos euros, “es una cantidad simbólica, que sirve para pagar nuestros gastos y para cumplir con la ley ya que aquí sólo pueden fumar los socios”. Para Antonio, el club es una idea interesante que contará con nuevos adeptos cuando se solucione este problema porque “hay mucha gente a la expectativa y si no tenemos más socios es porque la crisis económica hace que se lo piensen mucho”.

Lo que en su momento parecía la solución perfecta para los muchos fumadores que se veían obligados a salir a la calle a fumar se ha convertido en un quebradero de cabeza para sus creadores, pero no se rinden y esperan que pronto llegue la esperada solución y el local se “abra cuanto antes”. Entretanto los socios del club apuran sus cigarrillos a las puertas de un espacio para el que tenía muchos planes, “hemos instalado una chimenea, tenemos una televisión y pensábamos realizar distintas actividades de convivencia con los socios”. Por ahora todo esto tendrá que esperar.

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