Crisis, la excusa perfecta para todo

La mayoría de las empresas está pasando los peores momentos que nunca han vivido, muchas cerrando sus puertas de forma obligada y los trabajadores al paro con toda la angustia que esto conlleva. El tema es serio, para nada debe tomarse ni un segundo a broma y aun así hay quien no ha querido enterarse.

Cuando las circunstancias obligan, las medidas a tomar por nuestros gobernantes tienen que ser decididas, firmes y rápidas porque el bienestar de los ciudadanos depende de ello, pero lamentablemente no ha sido así en El Puerto.

La austeridad solo se ha aplicado a todo lo que no concierne a los intereses directos del equipo de Gobierno. Se gasta innecesariamente casi 3 millones de euros en un nuevo Plan General que se prometió estaría aprobado en 6 meses, la publicidad en proyectos de futuro con un coste indecente y de igual forma sin verse realmente nada de nada, gran despliegue de los servicios de comunicación que de nada sirve al ciudadano, y así mas de lo mismo. Pero eso sí, la austeridad es implacable con los acreedores y proveedores del Ayuntamiento y hasta casi lo fue con una de las pocas cosas que todos en estos durísimos años, en concreto los niños, esperaban con ilusión, las Navidades.

Que a Impulsa El Puerto se le modificara el objeto social en sus estatutos no tiene que significar que tenga que convertirse en el sustituto del Ayuntamiento para afrontar sus carencias.

También se ha dedicado mucho esfuerzo y recursos por parte de Enrique Moresco y el equipo que dirige a investigar la gestión de IP e intentar sacarle punta a cualquier cosa con tal de desacreditar a cualquiera que haya estado en funciones municipales bajo nuestras siglas, quizás por ello su campaña electoral está siendo dirigida por un anterior cargo de confianza de IP, que contradicción; y mientas tanto los fondos de las empresas municipales se han esquilmado más de 50 millones de euros, sin cumplir ninguno de los fines para los que estaban destinados que son la promoción viviendas protegidas y el desarrollo industrial de la ciudad. La pregunta es fácil, ¿en cuánto se han reducido los fondos de tesorería de las empresas municipales y de ello cuanto se ha aplicado a los fines previstos?

Ahora nos encontramos con la venta de suelo industrial a un 40% de baja en su valoración, sin que se sepa exactamente cuál va a ser el destino de la venta. Lo razonable es esperar a que el mercado vuelva a situar el valor en un nivel adecuado o bien destinarlo a empresas que generen verdadero empleo. Las prisas por realizar esta operación nos hace pensar que de nuevo va a tirarse el dinero público en un saco sin fondo. Los ciudadanos y empresas de la ciudad no se merecen esto y nosotros desde Independientes Portuenses tenemos la obligación de resaltar estas cuestiones una y otra vez y cuantas sean precisas.