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Viernes 17/05/2024  

Back-ground

Una característica frecuente del hombre de hoy es considerar su propia enfermedad como un estorbo para conseguir los planes que se ha trazado. Se ha perdido el concepto clásico que sabe que la enfermedad forma parte de la propia vida y de las propias decisiones tomadas.

La enfermedad sobreviene en función del terreno que encuentra en cada constitución, y que podíamos llamar el back-ground, el transfondo que subyace en toda persona y en sus dolencias. Es coincidente con el concepto artístico del back-ground, que se aplica en pintura como el color de fondo (background-color) o se aplica también a la música y que es la base armónica de toda composición. Toda obra musical por simple que sea está compuesta por tres elementos: el bajo, la percusión (el ritmo) y la melodía (piano o guitarra). Todo ello forma el fondo musical.
El terreno de la persona es como ese back-ground vital que según su constitución le conduce a las enfermedades que va desarrollar y que afectan a los tres planos de la existencia, sonando sus síntomas como una melodía armónica y coherente con el modo de vivir y los planteamientos ontológicos.
Va a dar ese color de fondo donde luego se dibujaran todas las enfermedades.
El back-ground sería el transfondo de la persona y que los anglosajones también expresan como el genetic background para referirse a ese fondo constitucional que va a predeterminar las desviaciones de la salud.
La salud hay que buscarla en lo físico, en lo mental y en lo espiritual.
Igual que la música se busca en el ritmo, en la melodía y en el bajo. Este triple plano dibuja el contorno, el relleno y el transfondo de toda enfermedad.
Esa música se convierte en musico-terapia cuando queremos aprovecharla, cuando la detectamos como solución y no la despreciamos.
No es que la enfermedad nos separe de los objetivos que nos hemos trazado en la vida, es que nos devuelve a la finalidad para la que hemos nacido, para los objetivos que deberíamos perseguir.
Optar por una vida sana y biológica no significa exenta de problemas, sino todo lo contrario, tienes que luchar mucho más. Como lucha el compositor al parir su obra con dolor, como lucha el músico por conectar con los acordes, como sufre el pintor o el poeta al realizar su obra. Optar por una vida honrada no está libre de conflictos, todo lo contrario, aumentan.
Pero en esa lucha estriba la vida moral. Hacer una clara opción de una vida espiritual no está exenta de errores, de desvíos, todo lo contrario, las tentaciones de equivocarte aumentan cuando haces esta declaración. Pero es que la lucha es parte de la vida física, mental y espiritual.
La vida es como la música, o la poesía, o el retrato. Toda vida u obra se sustenta en un trípode, ese background que matiza a cada hombre y sus enfermedades.
Toda enfermedad suena según el ritmo de nuestra vida, la melodía de nuestros argumentos y el contrapunto del bajo. Todo un background biológico y trascendente. Dice mi hija Reyes (alumna de 4º de violonchelo) al saber que preparaba este artículo: “no te olvides de decir que la música es vida y la vida es música”. Ni que lo dudes.

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