El científico nuclear iraní Shahram Amiri, que pidió asilo en la embajada de Paquistán en Washington tras haber sido dado por desaparecido durante más de un año, ha abandonado Estados Unidos y viaja hacia Teherán, informó ayer la cadena Press Tv.
Las autoridades iraníes ejecutaron ayer en en público a un hombre que el pasado mes de octubre acuchilló a otro durante una discusión en el norte de Teherán pese a la presencia entonces de dos policías, informó la agencia oficial de noticias local Irna.
La Justicia iraní ejecutó ayer a dos hombres a los que acusaba respectivamente de espiar para los servicios secretos israelíes (Mosad) y pertenecer al grupo opositor armado en el exilio, Muyahidin Jalq (Combatientes del Pueblo), al que Teherán considera terrorista.
Ni ejecución ni condena en firme, al menos de momento, fue la respuesta de Teherán a los rumores sobre el posible ahorcamiento de Shakineh Mohamadi Ashtiani, la mujer acusada de asesinato y adulterio, y cuyo caso ha devenido en un problema más para el dividido régimen iraní.
El presidente iraní, Mahmud Ahmadineyad, ha prescindido de 14 de sus consejeros personales, a los que agradeció sus servicios por carta, según confirmó ayer uno de ellos, Mehdi Kalhor, hasta la fecha asesor de Cultura y Medios de Comunicación.
El terrorismo con lazos nucleares volvió ayer a sacudir Teherán, casi un año después del último atentado y a escasos días de que Irán y la comunidad internacional se dispongan a reanudar el diálogo sobre el conflictivo programa atómico iraní.
El régimen iraní se presenta en Ginebra para retomar el diálogo nuclear con un nuevo desafío sobre la mesa y escasos indicios de que esté dispuesto a dar un paso atrás pese a la creciente presión internacional.
El director del Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA), Mohamed El-Baradei, llegó ayer a Irán para tratar con responsables iraníes sobre la polémica surgida en torno a la segunda planta de enriquecimiento de uranio.