Juan Lozano tiene 61 años, la mitad de ellos los ha pasado trabajando para la cementera Holcim, y siempre tuvo claro que “saldría de la puerta de la fábrica jubilado y sin despido”. Una filosofía que el presidente del comité de empresa compartía con los otros 14 compañeros que más se aproximan a la edad de jubilación, y que podría ser perfectamente aplicable los 65 restantes que integran la plantilla, ya que ni siquiera la pandemia ha pasado factura a actividad de la empresa. Tal es la carga laboral, que han tenido que hacer horas extras, agotando incluso el máximo de 80 al año y teniendo que computarlas por descansos.
Pese a estas circunstancias, la compañía acaba de comunicarles un Expediente de Regulación de Empleo (ERE) por causa de producción, no económica, obviando que de la planta salen a diario 1.300 toneladas de cemento. Si se basan en el argumento de la empresa, “no haría falta hacer horas extras, ¿no?”, se pregunta Lozano, de ahí que a las concentraciones diarias desde el miércoles de 9 a 9.30 horas, coincidiendo con la media hora del descanso, se haya unido la negativa a echar más horas extras.
“El jueves le enviamos un escrito a Recursos Humanos comunicándole que nos negamos a hacer horas extras. A partir de ahora -prosigue- sólo haremos nuestra jornada normal. La fábrica está muy limitada, siempre falta gente y eso nos obliga a hacer horas extras. Ahora nos negamos; ellos (por la compañía) dicen que hay poca producción, pues no hay horas extras”, resalta el presidente del comité de empresa, que este sábado en una asamblea permanente de carácter informativo (de 9.00 a 12.00 horas) a las puertas de la cementera, trasladó al resto de compañeros la última hora de “todo lo que se ha gestionado esta semana” desde que el pasado martes la empresa les trasladó su decisión de presentar un ERE y limitar la actividad de la fábrica a labores de molienda.
Aunque desconocen el alcance real del número de trabajadores que se verán afectados, tienen claro que estas tareas las que se reservaría la planta supondría “el 20 o el 30%” de la plantilla actual. Ha sido “un jarro de agua fría” que no se veían venir, dado que incluso durante la crisis sanitaria han estado a pleno rendimiento. Si echan la vista atrás, el único indicio compatible con los planes de la cementera sería la caída de las inversiones en la fábrica, dado que estos últimos años “han sido mínimas. La querrían dejar morir”, señala Lozano.
Pese a todo, cinco días después de que la empresa les diera este “palo”, tienen claro que “ahora estamos con ganas de defendernos y luchar” para conseguir retirar el ERE. Las negociaciones comienzan el miércoles en un hotel de Sevilla, una ubicación que entienden que han hecho “a conciencia” para huir de la “presión” de los trabajadores, “pues podrían haber convocado la reunión en cualquier hotel de Jerez”, y en plena tercera ola de la pandemia, lo que limita tanto la asistencia de representantes del comité, que se queda reducida a cuatro, como cualquier posibilidad de marchas u otras iniciativas ante el confinamiento perimetral y las restricciones.
En cualquier caso, el comité es partidario de esperar a conocer este miércoles los planes de Holcim para los trabajadores e ir sacando la artillería de forma progresiva. “Tenemos 30 días, no nos podemos quemar; esto es una carrera de fondo. Vamos a esperar a ver cómo se va planteando la negociación. Vamos a hacer ruido pero sin una presión excesiva y conforme veamos el planteamiento, así actuaremos”, subraya. Prefieren ser cautos, y paralelamente a las negociaciones continuar con la campaña de información para recabar los máximos apoyos tanto a nivel de administraciones como de partidos y de empresas.
“Estamos muy unidos y vamos a por todas. Tenemos el apoyo de los compañeros de las cuatro plantas de Holcim de país (Almería, Toledo, Sagunto y Moncada) -donde por el momento no se ha presentado ningún ERE o medida similar- de los sindicatos UGT y CCOO y estamos poniéndonos en contacto con los partidos políticos para que nuestra situación llegue al Parlamento y a Juanma Moreno”.
No han hablado con el Ayuntamiento, aunque les consta “que se ha puesto en contacto con los sindicatos” y de la colaboración expresa que ha ofrecido a Holcim para buscar otras alternativas que eviten un ERE que hace peligrar los 80 puestos director de la fábrica, además de otros tantos indirectos de mantenimiento y limpieza.
Según datos de la propia Holcim, sumándolos todos, la fábrica genera empleo para cerca de 330 personas. “El año pasado la misma compañía en un comunicado indicó que le aportaba a Jerez 17 millones y medio de euros. Si el tejido empresarial de Jerez ya estaba medio muerto, ya con esto lo va a matar del todo; sólo va a quedar una azucarera y cuatro bodegas”, lamenta el representante sindical.
Un psicólogo a disposición de los trabajadores
La excesiva especialización de la plantilla y la edad -pues excepto 15, el resto tienen entre 40 y 45 o entre 50-55 años-, colocan a la plantilla de Holcim en Jerez en una tesitura verdaderamente complicada si se quedan fuera del mercado laboral. Todo ello sin contar con las cargas familiares de cada uno y la crisis económica del coronavirus. “Cada uno tiene sus inversiones a largo plazo, a sus hijos estudiando... son muchas cosas”. La propia empresa, asegura, ha puesto un psicólogo a disposición de los trabajadores.