Para comprobar los inicios de la tradición belenista en Jerez deberíamos remontarnos mucho tiempo atrás. Tanto es así que ni siquiera se limita a las exposiciones que todos conocemos en el Museo del Belén o en los Claustros de Santo Domingo, sino que año tras año, se realizan recorridos a través de belenes particulares realizados en las casas de los asociados, quienes abren sus puertas al público; algo que este año no podrá producirse debido a las restricciones sanitarias, o al menos con la afluencia de años anteriores.
“Iniciamos la campaña con mucha ilusión y con mucho trabajo, intentando tener todo lleno de belenes y que se luzcan los belenes en las casas y en la ciudad de Jerez. Se ha intentado que el desánimo no impere”, relata el presidente de esta asociación, Ramón García, quien confiesa que “los belenes particulares son la base de la asociación, de los asociados y de los que no lo son, todos somos belenistas. Para nosotros es un triunfo que las casas se abran de par en par para mostrar los belenes”. Estos belenes particulares en muchos de los casos están asesorados por la asociación y actualmente habrá “unos 150 o 180 belenes montados en casas particulares, y a eso hay que sumarle el promedio de belenes que puede haber en Jerez. Nos consta que en Jerez hay mucha tradición de belenes, por muy pequeños que sean, eso para nosotros es un belén”, resalta.
Los belenes y en especial los particulares son bienes que se crean durante todo el año para exponerse en Navidad. Es por ello por lo que viendo la posibilidad de que las fiestas fueran tal y como la estamos viviendo, varios de los belenistas “han decidido no poner el belén particular como otros años y lo han empleado para hacer uno más monumental y dedicarle más tiempo para volver con más ganas”, cuenta Francisco Javier Gutiérrez, uno de los asociados que acostumbraba a montar su belén particular para que sea visitado y que ahora emplea este impás para montar “un mercado mozárabe con los distintos artesanos que existen en el belén y, al ser más grande, tiene más detalles y mucho más trabajo. He decidido hacer esto porque era algo más complejo y con vistas al año que viene, en el que espero que la cosa haya cambiado”. Ramón García, sobre estos belenes particulares, admite que “conlas restricciones del Covid, a no ser que seas allegado de la persona que lo monte, es imposible que se vayan a visitar y esta es la gran pega de este año, que no se puede visitar como antes este recorrido de belenes”.
Y aunque no haya el flujo de personas habitual corriendo por las casas en Navidad, los propios belenistas admiten que la ilusión no se pierde. Francisco Javier Jiménez confiesa que “la ilusión no se ha perdido, pero es más difícil de representar. La sensación es que la ilusión está ahí, lo que no se puede es compartir tanto como años anteriores. Todo lo que se nos pueda retener este año, para el año que viene será un boom con belenes más espectaculares”.
Francisco Illanes es otro de esos belenistas, que este año pensó por un momento en parar esa tradición de abrir de par en par las puertas de su casa para enseñar su belén, y aunque éstas vayan a permanecer cerradas, el belén se montará por una sencilla razón: “Nuestra nieta no iba a venir y a ella le encantan los belenes que hacíamos. Cuando vió a través de una videollamada que este año no había belén montado, se echó a llorar y eso nos hizo montarlo, sólo por ella”.
Sin embargo, hay belenistas que, por naturaleza, no pueden quedarse parados. Es el caso de Esteban Benítez, uno de los grandes belenistas de Jerez. Esteban cuenta que “yo empecé durante el confinamiento, y lo tengo casi terminado, pero al final no lo he montado, ya que la situación de visitas es muy complicada. Son cientos de personas que pasarían por mi casa y yo no puedo controlar eso, así que lo que he hecho ha sido guardarlo para el año que viene, y es una pena, porque estaba muy ilusionado en montar el belén particular este año, ya que había guiños al coronavirus”, aunque esto no ha impedido que pierda toda la ilusión, ya que este belenista ha colaborado con tres dioramas en la exposición de los Claustros de Santo Domingo, en donde una de sus creaciones “contiene un especial mensaje social, algo que me gusta poner siempre”, concluye Benítez.
Por tanto, durante estas navidades, no podrán abrirse las puertas de las casas para recibir sonrisas de niños, ni a familias que esperan ansiosas la venida del niño Dios. Lo que sí permanecerá abierto es el corazón de todos estos belenistas a la espera de que dentro de un año, sí puedan abrir sus casas para constatar la maestría que destila la ciudad de Jerez cuando se habla de belenes.