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Notas de un lector

Desde el desencanto

Derecho rendido y sociedad durmiente, de Enrique Barrero Rodríguez, es un sobresaliente análisis jurídico que acaba de publicar la editorial Betania

Publicado: 24/11/2020 ·
11:28
· Actualizado: 24/11/2020 · 11:28
Autor

Jorge de Arco

Escritor, profesor universitario y crítico. Académico de la Real Academia de San Dionisio de Ciencias, Artes y Letras

Notas de un lector

En el espacio 'Notas de un lector', Jorge de Arco hace reseñas sobre novedades poéticas y narrativas

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 Restañar las heridas producidas por la deriva de la conciencia colectiva resulta, en ocasiones, tan necesario como complejo. El conjunto de inquietudes e incertidumbres que impone la existencia conlleva que nuestra capacidad de resolución sea una tarea abierta, incesante. Pues por más que el ser humano pretenda -tantas veces- mantener una postura cercana al escepticismo o al relativismo más mundano, hay una realidad radical, sistemática, que nos predispone a actuar, a manifestarnos desde una perspectiva filosófica, metafísica, artística…, y salvaguardar todo aquello que más se quiere.

Y desde esa intrínseca necesidad, nace “Derecho rendido y sociedad durmiente”, de Enrique Barrero Rodríguez, un sobresaliente análisis jurídico, que bajo el subtítulo Un ensayo desde el desencanto,acaba de publicar la editorial Betania.

El autor sevillano (1969), Profesor Titular de Derecho Mercantil en la Universidad de Sevilla, lleva años alternando su tarea docente con la literaria. Numerosos son sus reconocimientos, a los que se unen casi una decena de poemarios.

    En esta ocasión, el verso ha dejado sitio a una prosa fluida, contundente, salpicada de referentes literarios, históricos…, para hacer balance de la situación de la sociedad de la política yde la economía actuales, desde una óptica tan trascendente como es el Derecho.

Dividido en tres apartados, el volumen se vertebra de manera unitaria al plantear en su conjunto una mirada crítica a la estimación de los valores y la inacción comunitaria. Es decir, la indagación del profesor Barrero sacude los cimientos del modus operandi que los principales estamentos de este universo nuestro vienen implementando y, a su vez, de la apatía e indolencia con la que buena parte de sus gentesviene aceptando tales despropósitos.

     “El mundo actual es solamente insoportable vértigo, marasmo y confusión. La relatividad ha impuesto su dictado aciago y la ira ha arrastrado cualquier atisbo de serenidad y de sosiego hasta el estercolero del abismo. Los Parlamentos, los Senados, a veces incluso hasta las Academias y los foros más distinguidos, se han convertido en una jauría ávida de confrontación y vociferante. La razón que alumbró el siglo de las luces se ha disipado en la noche oscura de la mediocre uniformidad”. Estas palabras sirven de  pórtico  y, a través de ellas, se adivina sin dificultad el manifiesto desasosiego que invade la intimidad del yo.

La generalizada negativización del saber y de la más diversas ciencias, el derrumbamiento de las más variadas manifestaciones culturales, la anarquía interesada de los poderes, el desorden y las suturas creadas por el auge de las redes sociales…, son para el escritor andaluz grandes lacras de nuestro día a día. Y, todo ello, agraviado porque “como delicado y sensible sistema social el Derecho ha comenzado a tambalearse peligrosamente ante este cúmulo de adversidades derivadas de este extravío conceptual de la contemporaneidad”.

La moralidad histórica debería ser, al cabo, un argumento válido para frenar la desorientación y la confusión dominantes. Los miles de años que nos contemplan no serían una ventaja, pero sí un privilegio para obtener beneficio de cuanto hemos podido y debido aprender.

No en vano, en su lúcido prefacio, Rafael Rodríguez Prietoadvierte de que “la tentación de acomodarse a la categoría de súbdito siempre está presente. Ser ciudadano no es fácil, pero la justicia, la democracia y los derechos humanos dependen de ello”.

     En suma, un libro de muy recomendable lectura,plenode vigor y vigencia, que mueve a la reflexión y plantea una revisión de la ética imperanteen este incierto siglo XXI.

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