Un total de 19 activistas de Verdemar-Ecologistas en Acción han reabierto el taponamiento del río Guadiaro, que desemboca en la urbanización de Sotogrande, en San Roque.
Según exponen en un comunicado los ecologistas, la "pasividad" de la Administración y los "problemas de salud" que pueden generar las aguas contaminadas les han impulsado una vez más que miembros, voluntarios y vecinos provistos de palas y otras herramientas hayan abierto la bocana del río sobre las 9,30 horas de este domingo.
Los ecologistas señalan que la barrera se cierra como consecuencia de captaciones ilegales, la variación en la aportación de áridos de manera natural y las construcciones ilegales, entre otras causas. "Las captaciones ilegales y la falta de lluvias hacen que dejen el cauce sin caudal ecológico suficiente para mantener el equilibrio ecológico natural", señala Verdemar, que denuncia estas infracciones ante las administraciones competentes. "No podemos permitir que se muera un pez más".
Según explican, la desembocadura del río se tapona por la rotura de la dinámica del litoral como consecuencia de los espigones, construcciones de Sotogrande y por el incumplimiento del Plan de Gestión de las zonas de especial conservación (ZEC) ríos Guadiaro y Hozgarganta.
La "insuficiencia" de caudales, sobre todo en estiaje, que los ecologistas atribuyen a las "numerosas derivaciones" destinadas principalmente al regadío de San Pablo Buceite y San Martín del Tesorillo es el problema más importante en esta masa de agua, por lo que "se hace necesaria una mejora y modernización de estos riegos".
Además, aseguran que existe una batería de captaciones de emergencia destinadas al abastecimiento urbano que afectan sobre todo al tramo final del cauce, ya que captan del subálveo.
También apuntan que en los tramos bajos del Genal y Hozgarganta hay un "exceso de volúmenes aprovechados", en la mayoría de los casos destinados al regadío de campos de cultivo del entorno, lo que genera una "insuficiencia" de caudales fluyentes.