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“Necesitamos un plan de estímulo,pero no vinculado al coche eléctrico"

Jesús Ruiz, presidente de Acoauto, reclama más medidas al Gobierno en favor del sector del automóvil en la provincia, tras caer la productividad un 65%

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El sector de la automoción se encuentra entre los más castigados de la provincia a causa de la crisis. De él dependen más de 2.500 familias y un buen número de concesionarios que reclaman ayudas de estímulo al Gobierno central que, Jesús Ruiz, presidente de Acoauto, la Federación de Automoción en la Provincia, considera fundamentales.

La automoción se paró, ¿qué impacto ha tenido esta crisis y qué parte se ha podido ya recuperar?

–Cuando se habla del automóvil en este 2020 hay que hablar de dos etapas; una la que vivimos hasta marzo, que teníamos una tendencia en descenso acumulada de un 10%, pero que sabíamos perfectamente a qué obedecía, porque era una parálisis del mercado provocada por cierta indecisión que tenía el consumidor a la hora de elegir las energías. Y una segunda que es la del día después, desde el 11 de mayo, el día en que se reinició la actividad comercial del sector. Indudablemente ha sido una etapa muy difícil y complicada, con 56 días de paro, trabajadores con el 85% de nuestras plantillas en ERTE, y con un futuro incierto, que es lo que más nos preocupa a los profesionales, saber cómo va a responder el mercado y saber si la compra de automóvil va a ser la preferencia de los consumidores en este época. De momento estamos a la expectativa.

¿De todas esas plantillas en ERTE cuántas personas han podido reincorporarse ya a su empleo?

–Actualmente se calcula que están en un 55 o 60% de las plantillas incorporadas, sobre todo personal dedicado a la atención al cliente. 

¿Cuándo cree que se va a poder hablar de cierta normalidad?

–Ojalá pudiera responder a esa duda porque es la que se nos pasa a todo por la cabeza, cuándo podremos recuperar las ventas y cuándo volverá el ritmo normal a los concesionarios. Ahora estamos en una segunda fase en la que los clientes solo pueden venir a comprar un coche con cita previa, que es algo a lo que no está acostumbrado el mercado.  Las pautas que nosotros creemos irán creciendo de forma paulatina de forma que vaya perdiéndose el miedo al contagio y a la pandemia, y sobre todo que el cliente vaya cogiendo confianza en el mercado. Hay que tener en cuenta que el automóvil siempre es un fiel reflejo de la economía, y hay que ver las consecuencias que puede tener en el mercado el aumento del paro a la hora de comprar. Esperamos que las secuelas sean las mínimas para que el mercado se pueda recuperar lo antes posible.

¿Cree que a final de junio, cuando acabe el estado de alarma, el sector estará en disposición de recuperar todo el empleo o tendrá que ampliar ERTE o ir a ERE?

–Es de esperar, y en eso trabajamos todos, que este episodio cause el menor daño posible a nuestras plantillas. Lo que sí tenemos claro es que el 30 de junio, cuando acaben los ERTE, por fuerza mayor, no nos va a permitir incorporar a todas las plantillas porque las productividades han descendido en este momento en un 65% en mayo con respecto al año anterior, y la progresividad se estima que será muy poco a poco, por lo que para tener las plantillas completas tiene que producirse una activación del mercado en unas circunstancias muy parecidas a las existentes antes. Será necesario mantener los ERTE por causa de fuerza mayor o por causas productivas, y esperar a ver cómo se desarrolla el mercado. La intención de todos es que todas las plantillas se puedan incorporar. Eso será señal de que el mercado se ha reactivado, y para eso se necesitan impulsos, pero mientras tanto hay que cuidar la economía de las empresas para que los puestos de trabajo de las personas que se han incorporado no peligren y tengan que mantenerse ERTE por causas productivas.

Habla usted de impulsos y el Gobierno central ha anunciado ya un plan para el sector de la automoción, ¿ustedes qué reclaman, qué necesitan?

–Nosotros necesitamos lógicamente un plan de estímulo al sector, pero no vinculado al coche eléctrico, tal como se ha hablado, porque actualmente no llega al 1% de las ventas. Antes de la pandemia el coche eléctrico era un proyecto a medio y largo plazo que todos sabíamos que iba a llegar, pero ahora mismo se trata de aliviar las secuelas de este episodio en los concesionarios, y sobre todo en el mercado. En este momento lo que hace falta es un plan de estímulo de cara a la compra, y sobre todo a los vehículos sujetos al plan de achatarramiento, que es lo que siempre los concesionarios y Faconauto ha pedido. Es un parque muy antiguo, que necesita ser renovado, por temas de seguridad y medioambientales, y es necesario el impulso de la administración para que la actividad vaya recuperándose poco a poco.

¿El cierre de Nissan en Cataluña va a tener impacto o reflejo en la provincia de alguna manera?

–No es una buena noticia para el sector cuando una empresa de automóviles se marcha del país, porque será que algo habrá visto que no haya favorecido a los intereses de la producción. No es una buena noticia para el sector, porque España es uno de los principales países de fabricación de automóviles, y aparte de la demanda del mercado nacional, que está, o estaba, en torno al millón de coches, dedica una parte importante a la exportación y mantenimiento del sector. Hay que cuidar mucho el tema de la fabricación y de la distribución. La fabricación tiene un contenido importante por el tema de investigación y desarrollo y por todo lo que lleva el automóvil, que supone el 10% del PIB nacional. Y por otro lado está el tema de la distribución. Las fábricas fabrican y nosotros distribuimos, por lo que la cadena no se puede romper. 

¿Ustedes temen más deslocalizaciones?

–Ojalá no. Pero lo de Nissan es una seria advertencia. Son multinacionales y con estas empresas no se juega.   

El Gobierno ya ha fijado 2040 para los coches de combustión, ¿lo ve viable?

–Actualmente, a fecha de hoy, el 2040 es muy lejano. Estamos hablando de salvar a la red de distribución y a los concesionarios y al sector. Hablar a veinte años vista de un plan para el automóvil, a nosotros los concesionarios no nos suena en absoluto nada bien. Nosotros queremos planes de emergencia porque necesitamos mantener nuestros puestos de trabajo y necesitamos mantener nuestras redes de distribución a salvo. Como comprenderá un plan a 2040 en este momento no podemos aceptarlo.

Al menos sí podemos animar al consumidor porque ahora mismo tienen muchos descuentos en sus concesionarios...

–Nosotros hace ya mucho tiempo que peleamos con descuentos y estamos con márgenes casi nulos a la hora de vender. La competencia es tremenda, los fabricantes luchan por mantener cuota de mercado y los concesionarios luchan por su liderazgo en las provincias y por mantenerse por encima de las cuotas. ¿Es un buen momento? Por supuesto, hay stocks más que nunca que pueden flexibilizar la negociación en la compra de un coche. Además tenemos la capacidad de hacer algo que hemos aprendido, usar los canales virtuales para obtener la mejor oferta.

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