El Día de la Bicicleta se ha convertido en un evento deportivo familiar que lleva treinta y cuatro años apostando por el uso de la bicicleta como medio de transporte limpio y sostenible y como hábito saludable.
Es un toque de atención, sobre todo a los más pequeños, con miras a un futuro con menos coches en las calles, por mucho que sea difícil abandonar hábitos que suelen heredarse de padres a hijos.
La edición de este domingo ha demostrado una vez más que se trata de un acontecimiento familiar, para todas las edades y que cuando se dan las condiciones meteorológicas, San Fernando es un lugar ideal para pasear en bicicleta. O sea, si no llueve porque las bicicletas son para el verano, o cuando no hace viento que pueda poner en peligro la integridad de los ciclistas.
Por supuesto, también es una celebración para que la clase política salga a la calle en ropa de deporte y se fotografíen en un medio de transporte que debería ser una auténtica apuesta de las autoridades. Eso sí, primero tienen que reconducir mucho carril bici.