La Guardia Civil, en el marco de la operación “Porrín” ha desarticulado una organización criminal que se encargaba de realizar transportes de grandes cantidades de hachís a otros grupos delictivos. En esta operación han sido detenidas 11 personas a las que se les acusa de los delitos de Tráfico de Drogas, Pertenencia a Organización Criminal, Blanqueo de Capitales y Falsedad Documental y se han incautado 1.881 kg de hachís, cuyo origen eran “guarderías” de drogas en el Campo de Gibraltar.
La investigación se inició en agosto de 2.016 cuando los agentes tuvieron conocimiento de la existencia de esta organización ya que la misma se encontraba prestando sus servicios a otro grupo criminal que estaba siendo investigado. Tras la detención de varios miembros del grupo criminal investigado y ante el temor de haber sido descubierta su actividad delictiva por los agentes, esta organización cesó durante varios meses su actividad.
Tras unos meses de inactividad, el grupo que se encargaba de los transportes empezó a adquirir nuevos vehículos potentes a nombre de testaferros para reiniciar su actividad, pero cesaron nuevamente tras enfermar gravemente el líder de dicho grupo. Tras el fallecimiento del mismo, uno de sus hijos se hizo cargo de la dirección de dicha organización, retomando así sus actividades ilícitas.
Modus operandi
Los miembros de la organización realizaban transportes de hachís por encargo utilizando el método conocido como “GO FAST”, que consiste en desplazar cargamentos de droga en vehículos de alta gama que circulan a gran velocidad, a través del cual realizaban los transportes desde Málaga hasta diferentes puntos del territorio nacional e incluso internacional. En dos operativos realizados en la carretera A-92 fueron interceptados dos transportes de hachís de este grupo delictivo en el que fueron aprehendidos 210 y 1671 kilogramos respectivamente.
En uno de los operativos el conductor del vehículo, al percatarse de la presencia de los agentes, intentó darse a la fuga, iniciando una veloz huída durante varios kilómetros hasta que fue interceptado, procediéndose a la detención de los ocupantes y la incautación de la droga.
Además, en el vehículo viajaba un menor de 3 años de edad que era utilizado por la organización para intentar pasar desapercibidos y disimular el transporte de la droga. El menor viajaba en la misma zona del habitáculo en la que habían ocultado 7 fardos de hachís, con el consiguiente peligro para su seguridad ya que el cualquier desplazamiento accidental de los fardos (de un peso aproximado de 33 kg cada uno) podía dañar al menor.
En esta operación se ha detenido a los 11 integrantes del grupo delictivo, se han realizado 6 registros en fincas utilizadas por la organización, incautándose un total de 1.881 kilogramos de hachís, 8.100 euros, 38 teléfonos móviles, 6 juegos de matrículas falsificadas, un sofisticado detector de frecuencias, 15 vehículos y documentación y notas manuscritas relacionadas con la organización.
En uno de dichos registros se detectó un sistema trampa instalado junto a la parte interna del muro perimetral, que consistía en la colocación de grandes pinchos ocultos bajo el césped artificial, con la clara intención de causar daños corporales a los que franquearan dicho muro.
La operación ha sido llevada a cabo por el Equipo Delincuencia Organizada y Antidroga (EDOA) de la Unidad Orgánica de Policía Judicial de la Comandancia de la Guardia Civil de Málaga y en ella han participado agentes pertenecientes al Grupo de Acción Rural (GAR) y la Unidad de Seguridad Ciudadana (USECIC) de la Comandancia de la Guardia Civil de Málaga.