Cuando se produjo el siniestro, el 20 de agosto de 2008, el accionista mayoritario de Spanair, SAS, llevaba meses intentando vender su filial española, que era deficitaria, e Iberia llegó a estar estudiando seriamente la operación.
Finalmente Iberia desestimó adquirir Spanair y SAS, cuando se produjo el siniestro, no había encontrado ningún comprador.
La venta se produjo el 30 de enero pasado, cuando la nueva sociedad Iniciatives Empresarials Aeronàutiques (IEASA), participada por instituciones y empresarios catalanes, adquirió al grupo SAS el 80,1% de Spanair, con destacada presencia en los aeropuertos de Madrid, Barcelona y Palma de Mallorca.
Tras esta compra se nombró presidente a Ferran Soriano y se ha puesto en marcha un plan estratégico que pasa por el traslado de la sede a Barcelona y reforzar El Prat y la nueva terminal T-1 como centro de operaciones de la compañía.
Significativamente, el primer vuelo que salió de la T-1 rumbo a Madrid el pasado 17 de junio estaba operado por Spanair.