No cuenta el final porque hacerlo sobre una novela de misterio, de terror, es casi un pecado capital literario. Aunque luego venga el amigo de turno y lo suelte cuando uno vaya por la mitad del libro. Pero sí dónde se desarrolla en una parte muy importante, en la Facultad de Ciencias del Mar del campus de Puerto Real, un edificio que visto desde el aire ya tiene un aspecto evocador para lo que uno quiera.
Juan González Mesa es de esos escritores que nacieron con una pluma en la mano independientemente de que vivan exclusivamente de ello o no. Por eso cuando se le pregunta cuántos libros tiene editado se para a pensar, señal de que tiene ya una buena colección o como él mismo aclara, porque a veces no tienes claro qué historias comenzaron, finalizaron y se editaron y cuáles comenzaron y buscan un final.
Ganar el Premio de novela corta de terror Ciudad de Utrera, que además de un premio tiene a su favor que el jurado no se casa con nadie, algo muy valioso en este mundo de la literatura y en otros muchos, lo ha interpretado como entrar de lleno en un género, catalogarse a si mismo y a una parte importante de su obra.
Y con esas credenciales está en plena promoción de su última novela, Aquí la tierra es mala, editada por Dolmen Editorial, que es otra garantía para algo más que el envoltorio, en la que se dan todas las claves de la novela de terror. Con zombis, pero no de los que salen en Halloween, de personas que se ven de la noche a la mañana en una sociedad sin control, con licencia para asaltar, saquear, sembrar el caos…
“Varias personas presentan síntomas alarmantes de una enfermedad contagiosa, lo que obliga a las autoridades sanitarias a tomar medidas improvisadas para poder entender lo que sucede sin poner en riesgo al resto de la población y sin que cunda el pánico de modo innecesario.
Para ello, se aísla a los enfermos en un edificio alejado de la ciudad, dotado con laboratorios y que puede vaciarse con cierta facilidad dado que es verano:la facultad de Ciencias del Mar. También se convoca mediante engaño a los familiares o personas que hayan estado en contacto directo con los enfermos.
A medida que la situación se hace incontrolable, los protagonistas entenderán el funcionamiento de la infección y el comportamiento de los enfermos, cómo influye sobre ellos el viento, la humedad o el hambre y qué relación guarda con una de tantas luchas por la supervivencia que se dan en la naturaleza”, le fusilamos literalmente la reseña de Amazon, donde se puede comprar el libro aunque en cualquier librería se puede pedir. Y si no lo tienen, lo piden.
González Mesa está de acuerdo en que la novela de terror es un género que siempre está ahí, aunque difiere en que esté ahí porque sea rentable. Al menos para la mayoría. Quizá se mantiene en un nivel “porque no vendemos una mierda y siempre estamos igual” y no le vale el ejemplo de Stephen King porque como en todos los géneros, muchos son los llamados y pocos los elegidos. Sobre todo para ganar dinero.
Dice que no le importaría que una de sus novelas se adaptara al cine, “lo firmo ya y si luego hacen una mierda, que la hagan”, aunque comprende que algunos escritores no sean proclives a que les asesinen sus obras. No todos, porque el susodicho King es de los que apuestan por pelicular sus libros porque es la mejor promoción para que lo lean. “Lo que no está mal pensado”. No obstante, sí tiene miedo a que una obra suya se utilice con fines espurios, ajenos a sus ideas o totalmente contrarios. Más por nada porque a nadie le gusta ser utilizado según qué forma.
La presentación de la novela será el 2 de abril a las ocho de la tarde en la Librería Pérgamo, en el Paseo Marítimo de Puerto Real. Y será allí porque es una librería que se merece este tipo de presentaciones porque se dedica al género cuando quizá le sería más rentable dedicarse a la novela histórica, la romántica… pero le dan su sitio casi por completo al género de terror, fantasía y ciencia ficción”.
Además, se va a presentar a poca distancia de donde se desarrolla la trama, por lo que también se hará publicidad en la Facultad. Y por cierto, viendo hablar a Juan González Mesa de la Facultad de Ciencias del Mar, seguro que si él fuera el director de esa hipotética película o pudiera influir en la elección de los escenarios, no saldrían del escenario original.
