“Esta ciudad está bendecida por muchas cosas. Y una de ellas nos viene genial: el clima”. Horacio Pérez, CEO de la firma Muving, trata de buscar explicación al éxito que les ha brindado Sevilla. Aquí han pegado un pelotazo que hace menos de un año no podían ni imaginar. Implantaron en mayo un negocio de alquiler de motos por minutos a través de una app móvil con una flota de apenas 45 vehículos. Hoy ya tienen 271.
Horacio acaba de llegar de Tráfico de sacar los permisos para la última remesa de motos eléctricas que se han visto obligados a encargar (a la empresa Torrot, en Gerona) para ampliar la flota en Sevilla, su ciudad fetiche: con sus 13.200 clientes, es la capital que más demanda genera de las 11 en las que Muving opera, incluidas Madrid y Barcelona.
Acogida
“Sin duda es el punto que mejor nos funciona. Y eso que aquí tuvimos un arranque tímido... La gente ve que es una alternativa de transporte rápida, sostenible y a buen precio. No les genera la molestia de mantener un vehículo en buen estado o, por ejemplo, tenerlo que aparcar”.
A través de una aplicación móvil, los usuarios ven en tiempo real dónde tienen cerca una moto disponible. Una vez la localizan, la activan y la usan, por 21 céntimos / minuto, el tiempo que necesiten. Al acabar el trayecto, la dejan y registran en el móvil el final de su viaje. Hasta que llega otro usuario que la coge.
Así funciona el motosharing, una opción que empieza a cuajar en Sevilla. “Fíjese que el carsharing lleva ya años, pero va muy lento. Es poco, o nada, rentable por sus costes. En general, el sharing es en sí un servicio de movilidad compartida con gestión digital. No hay contratos en papel ni pasos previos. Y se paga por lo que se usa. Eso es lo básico. Casi siempre en minutos. Cualquier otro servicio es por trayecto o por periodos mas largos, días o meses. El sharing es pagar por minutos”, explica Horacio Pérez. En Sevilla, la duración media de los trayectos es, según datos de Muving, de 15 minutos.
89.000 en España
La firma, creada hace ahora un año en El Puerto de Santa María (Cádiz), tiene ya más de 89.000 clientes en toda España, de los cuales 34.400 son de las cinco capitales andaluzas (Cádiz, Sevilla, Málaga, Córdoba y Granada) en las que tiene presencia. Además, ya ha dado el salto a Madrid, Barcelona, Zaragoza, Valencia, Murcia y Alicante.
“Hace apenas unos meses nos propusimos entrar como un operador más, y hoy quizá podamos decir que somos los líderes. Hemos marcado la senda. Todas las empresas que ya estaban funcionando lo hacían únicamente en Madrid y Barcelona. Y fíjese, para nosotros son solo dos ciudades más”, asegura Pérez.
Mientras el CEO de Muving atiende a Viva Sevilla, tres contenedores llenos de motos y piezas de repuesto navegan rumbo al puerto de Savannah (Georgia, Estados Unidos). “Este año queremos abrir en Atlanta y Miami (EEUU), así como en Francia”.
OMEXpo, la Feria de referencia en comercio electrónico y marketing digital de España, concedió a Muving a finales de 2017 la distinción como startup más innovadora del año. Hace una semana, fue nominada a Emprendedor XXI, premios promovidos por CaixaBank en colaboración con el Ministerio de Economía y la Junta andaluza.
En datos:
La flota de motos en Sevilla acaba de subir a 271. En mayo pasado empezaron con sólo 45.
15 minutos por trayecto es el tiempo medio que los 13.200 clientes sevillanos usan la moto amarilla en cada viaje.
Las multas y los barrios “desconectados”
El modelo de alquiler de motos por minutos de Muving en Sevilla conlleva, también, hacer frente a dos riesgos inherentes al sistema: el vandalismo y las multas.
“Respecto a las segundas, si hay capacidad probatoria, se la imputamos al conductor que en ese momento tuviera la moto. Y si no la hay, no podríamos culparle... Hemos mejorado la tecnología que teníamos para evitar lagunas”, explica Horacio Pérez.
En cuanto a los hurtos, el CEO de Muving desvela que quieren implantar candados en los vehículos. “En Sevilla, algunos barrios que habíamos habilitado para dejar las motos, los hemos tenido que desconectar por varios casos de vandalismo (la zona del Polígono Sur o la de San Pablo, por ejemplo, en la app aparecen apagadas). Pese a ello, me ha sorprendido el civismo de la gente”, asegura.
