El municipio de Alosno (Huelva) ha vuelto a llenarse en la noche de este martes de hogueras en el conocido como 'Día de las Luminarias', sobre ellas, han saltado caballos, mulos y burros buscando que San Antonio Abad les proteja durante todo el año de enfermedades.
Desaparecidas en la actualidad en casi toda Europa, sólo se mantienen en algunos municipios como este de la comarca del Andévalo onubense. Su origen se sitúa en la Edad Media, donde era extendida la creencia del poder purificador del fuego para con los animales; también servía para ahuyentar los malos espíritus.
Como todos los 16 de enero, víspera de la onomástica de San Antonio Abad, desde hace siglos, a las 20.00 horas las campanas de la iglesia parroquial han anunciado el inicio de una tradición que los alosneros han sabido mantener de generación en generación.
Ha sido en ese momento cuando se han prendido las hogueras de leña, tojos y jaras, recogidos durante los días previos, llenando de luz distintos puntos de la localidad.
Al poco, cuando éstas han alcanzado su apogeo, los grupos de caballistas a lomos de caballos, burros y mulos han comenzado a saltarlas protagonizando todo un espectáculo sensorial, fundamentalmente, para la vista y el oído.
El arraigo de esta tradición en este pueblo ha superado sus propias fronteras, ya que este día hasta Alosno se han trasladado otros caballistas desde otros municipios al objetivo de hacer cumplir el ritual a sus animales, de purificarlos.
El fin de los saltos no supone el fin de la jornada de 'Luminarias', sino el principio de una noche de convivencia en torno al fuego en el que se asan carnes derivadas del cerdo que se comen en la calle, como marca la tradición.