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'El Kanka': “Odiaría convertirme en un gilipollas como tantos que hay”

Su último trabajo discográfico “De pana y rubí” está funcionando tan bien que no deja de dar conciertos, aunque tiene claro que todo se debe al trabajo duro.

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Juan Gómez Canca, ‘El Kanka’ para el mundo artístico, es un cantautor malagueño que lleva muchos años en esto de la música, desde que empezó en Málaga al frente del grupo Doctor Desastre, para dar el paso fuera de las fronteras andaluzas e instalarse primero en Madrid   y después en Barcelona.  Su último trabajo discográfico “De pana y rubí” está funcionando tan bien que no deja de dar conciertos, aunque tiene claro que todo está basado en el trabajo duro.

Ha recalado estos días por Málaga y nos ha sorprendido con una canción dedicada a Andalucía. ¿Porque este homenaje ahora y qué le ha movido a hacerlo?
– La pregunta sería cómo no se me ha ocurrido hacerlo antes. Hacerle un tema a mi tierra... soy andaluz, malagueño de varias generaciones, exiliado, 9 años viviendo en Madrid y varios meses ahora en Barcelona, pero qué andaluz no ama a su tierra, qué persona en general no ama a su tierra, pero los andaluces tenemos un gran sentimiento de pertenencia, es una tierra de mucha personalidad, aunque también muy estereotipada; lo que me motivó fue un textito que escribí y publiqué por redes hace un año para el día de Andalucía también hablando de que me sentía orgulloso de ser andaluz y rompiendo los estereotipos, porque Andalucía no es una tierra de gente que nada más que se echa la siesta y que tiene mucha gracia y que nos quedamos ahí, sino que es una tierra de la que han salido grandes artista, Picasso, Velázquez, pensadores como la malagueña María Zambrano, gente trabajadora también, no solo estos grandes artistas icónicos sino que en la gente de la calle te encuentras gente trabajadora,  inteligente, de puta madre, y yo quería hablar de la Andalucía de la que me siento parte de la que estoy orgulloso y a la que quiero tanto

¿Este sentimiento estando fuera se acentúa?
   ­- Qué te voy a decir, yo lo echo de menos, en Madrid he vivido nueve años muy feliz de la vida, ahora esto muy contento en Barcelona, todos los sitios tienen su puntito, pero a uno la tierra que lo ha visto nacer, donde tienes la infancia de alguna manera crea un vínculo, un lazo especial con la tierra donde has sido un niño pequeño y yo tengo ese lazo y echo de menos mi malaguita.

Esos estereotipos cuesta más romperlos cuando estás en tu tierra o cuándo estás fuera, dónde es peor que los haya fuera o dentro
     -Igual de malos son en los dos, pero es verdad que desde dentro creo que se ven algo más de matices que es verdad que nosotros mismos algunas veces hacemos la coña y eso, pero tampoco es tan malo; yo a veces hago un chiste de que a mi no me gusta trabajar, hago la broma y eso en el contexto puede ser hasta sano, pero me ha pasado alguna vez en concreto de discutir con alguien o escuchar una conversación fuera de Andalucía que se tomaban en serio ese estereotipo y ese es el problema, que se lo tomen en serio porque eso es de estrecho de miras, de cateto, porque si tú te crees la caricatura, mal vas y realmente penaban que aquí solo hay gente haciendo el vago y hay de todo.

El término cantautor, ¿ayuda o cierra puertas?
   –Cierra puertas, calrísimamente. Es otro estereotipo al menos en este país también, porque si tú dices cantautor en Latinoamérica o EEUU o Inglaterra, se tiene un concepto distinto, de persona que compone y canta sus canciones, pero no sólo eso, porque de repente Enrique Iglesias hace un tema no creo que sea cantautor por eso, hablamos de una persona que tenga un mínimo compromiso con la lírica, como Bruce Sprintting...

¿Qué está siendo lo más duro?
    -Tampoco puedo hablar mucho de sufrimiento porque me gusta mi trabajo en general, quizás los principios porque compaginaba con clases de guitarra en Madrid y me montaba giras sin mánager ni nada hasta de quince conciertos al mes y llegaba un domingo de Córdoba y directamente me iba a la academia con las maletas y todo a dar clases a los niños, y de ahí, del esfuerzo de ver que el esfuerzo que tu pones es como para estar viviendo de eso pero no depende del esfuerzo sino de la gente que te conoce al final, de vender entradas para poderte dedicarte solo a eso, cuando estás en ese punto en que el esfuerzo a lo mejor es igual al que hago ahora pero lo tengo que compaginar con otra cosa porque no llego a fin de mes ni de coña... esa fue la parte más dura, porque me llevé varios años ahí intentándolo hasta que ya dije: “Bueno dejo las clases, voy a dedicarme a esto que parece que  voy a poder solo malvivir de ello” y de ahí, hasta ahora, que vivo como una persona medianamente normal.

¿Qué le pide al futuro?
    -Seguir como estoy, lo que me gustaría es seguir trabajando, ser una persona normal,  sin pamplinas, que hay muchas pamplinas en el mundo del arte y reivindico eso también, que es un trabajo como otro cualquier y me gustaría seguir trabajando, me gustaría tener 60 ó 70 años y seguir sacando discos y subiéndome a un escenario y poder vivir dignamente de esto que tanto me gusta y a lo que tanto tiempo le dedico.

Su deseo es seguir siendo una normal
      -Odiaría convertirme en un gilipollas como tantos que hay, porque los hay y también mucha gente que no sé come nada; mi padre tiene una frase recurrente que dice que si los gilipollas volasen no veríamos el sol, pero también está relacionado con cuando has llegado a algún sitio después de haber currado durante tanto tiempo, en mi caso también con 34 palos y la cabeza más asentada y currándomelo durante muchos años.

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