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Sevilla

Recuerdo del marqués de la Vega-Inclán (II)

Continuamos con las huellas sevillanas del marqués de la Vega-Inclán que están perfectamente documentadas en media decena de libros...

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  • El libro -

Hay pocos personajes que en breve tiempo –primer tercio del siglo XX-, sin ser sevillano, haya podido hacer más por Sevilla en un amplísimo campo cultural, urbano, artístico y económico. Por ello es más significativo el desprecio que le ofreció la Sevilla social y oficial de su tiempo.

Continuamos con las huellas sevillanas del marqués de la Vega-Inclán que están perfectamente documentadas en  media decena de libros que citaremos en la próxima entrega y muy especialmente en la obra básica firmada por la profesora María Luisa Menéndez Robles (Archivo Hispalense, 85, Diputación Provincial de Sevilla, 2008). La verdad es que hay pocos personajes que en breve tiempo –primer tercio del siglo XX-, sin ser nacido en la ciudad, haya podido hacer más por Sevilla en un amplísimo campo cultural, urbano, artístico, turístico y económico. Y encima, la Sevilla oficial no le quiso agradecer sus servicios excepcionales por convivir con una sevillana, María Belén López Cepero, sin estar casados (Ver Diario de Sevilla, 30 de mayo de 2012).

Rafael Gómez, prologuista de la magnífica obra de la profesora María Luisa Menéndez  Robles, sintetiza la figura del marqués de la Vega-Inclán con estas palabras: “Como Comisario Regio de Turismo desde 1911 hasta 1928, desempeñó un importante papel en Sevilla, ciudad predilecta de Vega-Inclán, la ciudad de sus amores, en todos los conceptos, o en el más amplio sentido del término, ya que en las vísperas de la exposición de 1929, con el Patronato de las Casas Baratas o los alojamientos del Barrio de Santa Cruz, contribuiría a la renovación del urbanismo sevillano y al diseño y remodelación del barrio de Santa Cruz, convirtiéndose en “uno de los creadores de Sevilla como ciudad consciente de su arte”. Ahora bien, no menor fue su aportación a la conservación del patrimonio monumental sevillano: la restauración del Patio del Yeso o el traslado e instalación de la llamada Puerta de Marchena abierta en el muro de la Galería del Grutesco, frente a los jardines de la Huerta de la Alcoba que hoy llevan su nombre en el Alcázar de Sevilla, bastarían para recordar su apellido, sin embargo, también se le debe una de las primeras intervenciones de arqueología medieval que se realizaran en la ciudad, al excavarse el Patio de los Naranjos de la iglesia colegial del Salvador.  Conservar y no restaurar eran los claros principios de Vega-Inclán en materia de patrimonio histórico y artístico. En este sentido, la restauración del Patio del Yeso del Alcázar de Sevilla en 1910, significó un laboratorio. Vega-Inclán será el primero en llevar a la práctica en España el nuevo planteamiento de mínima intervención y máxima conservación. Como mecenas atípico, Benigno Vega-lnclán, es un romántico ejemplo de generosidad y patriotismo para la mezquindad con que pudieran actuar ciertos políticos o algunos gestores que contemplen el patrimonio con ánimo de lucro”.

Las ilustraciones recuperan algunas de las huellas aportadas a Sevilla por el marqués de la Vega-Inclán, como la restauración del Patio del Yeso (1910), su guía de la Semana Santa y bocetos de la ciudad, creación de  nuevos jardines en las huertas palatinas, promotor de los Jardines de Murillo, recuperación de la Puerta de Marchena, el monumento al Cid Campeador, la recuperación y promoción turística del Barrio de Santa Cruz y un sinfín de actividades a favor de Sevilla como la fundación del Real Patronato de Casas Baratas en El Porvenir, primeras viviendas para obreros construidas en España y la fundación de las primeras escuelas de formación profesional en la Torre Norte de la Plaza de España.  n

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