El domingo por la noche, la candidata socialista en Euskadi, Idoia Mendia, hacía su balance de los resultados electorales. Sencilla y austera en gestos, no resultaba desagradable escucharla por dos sencillas razones: ni gritaba ni arengaba. ¿Para cuándo nos mereceremos los andaluces lo mismo? Políticos correctos que no nos traten continuamente con lenguaje mitinero. Hay quien no se ha dado cuenta de que si Felipe González y Alfonso Guerra están jubilados ya de la política activa es porque su tiempo ha pasado y sus modos también. Ni siquiera se los recomiendo a Pablo Iglesias que a veces se da el aire del Felipe González joven en su posición purista. Menos aún a Susana Díaz, política de carrera, educada en el PSOE, a la que el nacionalismo andaluz socialista le consiente demasiado. Porque todas las posiciones a derecha e izquierda son correctas e incluso necesarias, me sorprenden los que no entienden los votos de los demás, pero todos los modales no.
Menos zascas y menos chulerías porque la política es un carrusel, te suben y te bajan, aunque algunos se sientan muy amparados por los paleolíticos aparatos del partido y piensen que ajustándose siempre a lo que el partido les pide permanecerán para siempre en uno u otro puesto. Me da a mí que la cosa ya es menos así y que los ciudadanos no están de acuerdo con las maneras clásicas de funcionar de las estructuras de los partidos. Hay tenemos al PSOE más roto de la historia y a Cornejo y a Díaz riéndose de los esfuerzos de Sánchez y encontrando la situación como la forma de llegar ellos a su tierra prometida o lo que es lo mismo, a sus aspiraciones nacionales. Sólo ellos con sus dedos amenazantes a Sánchez, se ríen, no creo que a los votantes socialistas les haga la misma gracia y si no a verlo en los resultados.
La juventud política no sólo ve “Juego de tronos”, los zombies de “Thewalkingdead” también están de moda, ahí tenemos a Sergio Pascual resucitado por Errejón después de ser fulminado por Iglesias. Una sorpresa incómoda para Teresa Rodríguez que buscando más afinidad a su persona ha abierto la caja de los truenos al proponer una renovación de la dirección regional.
