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"El tren hizo como un quiebro e impactó"

Otros pasajeros han contado que se percataron de un salto y, de repente, "como un topetazo"

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  • El impacto psicológico ha sido fuerte y se notaba en los rostros de la gente

La desgracia ha vuelto a sacudir a Galicia, en esta ocasión con un accidente ferroviario en O Porriño (Pontevedra) que ha causado cuatro muertes y cerca de medio centenar de heridos, entre ellos una pasajera que, todavía asustada, ha contado que notó que el convoy "hizo como un quiebro" e impactó.

Las siguientes escenas reunieron las luces que parpadeaban, las de los servicios de emergencias; las de la desolación, la desesperanza, el despliegue de agentes de la Policía Nacional y de la Local, los voluntarios de Protección Civil, del 061, facultativos, enfermeros, psicólogos, forenses, ministros, presidente y miembros de la Xunta.

Este luctuoso siniestro en las vías ha traído a la mente de todos, inevitablemente, lo sucedido en el barrio compostelano de Angrois el 24 de julio del año 2013, con estas nuevas víctimas, con los gritos, el llanto y los habitantes de la zona bregando contra la adversidad, en señal de apoyo a todo el operativo profesional movilizado, que ha actuado con una rapidez que fue muy agradecida.

Cabizbaja, la mujer que se percató de esa especie de regate del tren que acabó en un infortunio cuenta a la prensa que salieron despedidas "maletas y también personas", y otra señora, que despertó con el golpe porque iba dormida en su vagón, ha relatado que el aparato que descarriló era "realmente viejo e iba bastante lleno".

Las dos no coinciden en la velocidad que llevaba, puesto que, mientras la primera ha dicho que no era excesiva, a la segunda sí se lo ha parecido, y un hombre más de ese pasaje que iba a bordo ha terciado en el debate para indicar que él se recorrió toda España en tren "y nada que ver con este convoy", que ha encontrado vetusto.

Este varón se dio un golpe en una pierna, pero sin resultado de gravedad, y en su pensamiento está que el tren "iba rápido y de repente se movió por los costados".

Con él viajaba su mujer, que sí tuvo que ser atendida por los médicos, pero su estado no lleva aparejadas complicaciones mayores.

Otros pasajeros han contado que se percataron de un salto y, de repente, "como un topetazo".

Ninguno de los consultados se ha andado con paños calientes a la hora de hablar del asunto, tampoco al desvelar cómo lo han vivido, pero se ha notado, incluso entre ellos, bastante confusión sobre lo que ha podido ocurrir.

Han coincidido, asimismo, en preservar su anonimato y son pocos los testimonios que han podido ser recabados al respecto, puesto que, con mucha agilidad, fueron evacuados de la zona y trasladados, los lesionados, a distintos centros médicos de Vigo.

El impacto psicológico ha sido fuerte y se notaba en los rostros de la gente, también en los de los efectivos que allí han trabajado en esta ingrata faena, por ser una de las tragedias que dejan a su paso estampas que queman la retina.

Los residentes en la zona, que sacaron mantas y a los que se les vio palidecer en los instantes iniciales, superaron como los demás sus miedos y trataron, todo el tiempo, de apoyar en lo posible a los primeros auxilios organizados.

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