El Gobierno español confía en recabar el apoyo de sus socios europeos cuando proponga formalmente excluir a Gibraltar de las negociaciones con el Reino Unido para concretar la desconexión de este país miembro de la UE, han informado a Europa Press fuentes del Ministerio de Asuntos Exteriores y de Cooperación.
España planteará esta demanda a partir del momento en que el sucesor del primer ministro británico, David Cameron --que será elegido a primeros de septiembre-- active el artículo 50 del Tratado de Lisboa que prevé la salida de un Estado miembro de la UE, y que hasta la fecha nunca se ha aplicado, con el envío de una notificación al Consejo Europeo de su deseo de abandonar el club comunitario.
Una vez que los países miembros reciban esta notificación, los líderes de la UE se reunirán en una cumbre, sin el Reino Unido, para fijar las "orientaciones" de la negociación para concretar el divorcio con Londres, como establece el artículo 50.2 del Tratado de Lisboa.
Es en este momento cuando el Gobierno español planteará a sus socios europeos que de ningún modo el Reino Unido pueda negociar con la UE un estatus especial para Gibraltar que permitiera a este territorio conservar algunas de las ventajas de pertenecer a la UE mientras el resto del país sale del club comunitario.
España tiene la ventaja de que estas orientaciones para la negociación futura han de acordarse por consenso, es decir, requieren unanimidad, a diferencia del acuerdo final de divorcio, que se aprobará por mayoría cualificada, previa luz verde del Parlamento Europeo.
EL PEÑÓN SE IRÁ CON EL REINO UNIDO
España sostiene que, al igual que ocurre en el caso de Escocia, si el Reino Unido se va de la UE, Gibraltar también se va. Los Tratados de la UE dejarán de ser de aplicación en el Peñón desde ese momento, en virtud del artículo 355 del Tratado de Funcionamiento de la UE.
"No hay ninguna posibilidad jurídica de que Escocia o Gibraltar pudieran quedarse dentro de la UE con condiciones especiales", aseguran desde el departamento que dirige José Manuel García-Margallo, donde afirman que ésta es también la posición de la Comisión Europea, a pesar de que el jefe del Ejecutivo comunitario, Jean-Claude Juncker, descolocara a muchos recibiendo a la primera ministra escocesa, Nicola Sturgeon, en los márgenes de la última cumbre europea.
En el Ministerio de Exteriores interpretan este encuentro como un deseo de Juncker de devolver la bofetada a Cameron --por el carácter claramente europeísta de los escoceses-- pero no como un deseo de permitir a Escocia quedarse en la UE mientras el resto del país se va.
Escocia solo podría regresar a la UE independizándose de manera pactada de Reino Unido y solicitando luego la adhesión a la Unión. En el caso de Gibraltar, cómo pueda ser su futura relación con la UE es algo que solo podrá negociarse de manera bilateral entre España y Reino Unido, sostiene el Gobierno español.
El actual Ejecutivo español ha propuesto como única fórmula para que Gibraltar pudiera seguir teniendo acceso al mercado único europeo la cosoberanía con Londres, que incluiría un estatuto especial para que los gibraltareños pudieran conservar la nacionalidad británica y también su régimen fiscal tan particular en el que se basa su prosperidad económica.
A pesar de los argumentos jurídicos esgrimidos por España, Gibraltar sigue afirmando que el Reino Unido le ha garantizado que participará en las negociaciones con la UE. El ministro principal del Peñón, Fabian Picardo, suele mencionar el "precedente", según él, de Dinamarca y Groenlandia. Groenlandia, territorio que pertenece a Dinamarca, entró en la UE en 1973. Pero tras obtener el estatuto de autonomía en 1979, decidió en un referéndum salir de la Unión.
Sin embargo, a pesar del paralelismo que intenta trazar Picardo, no es un caso similar al del Reino Unido, pues Dinamarca, el Estado miembro, no salió de la UE, como sí ocurre en la actualidad con Reino Unido, que se ha convertido en el primer país miembro que pide su salida de la Unión.